19/06/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El deterioro de la economía peruana, originado por la pandemia del coronavirus, ocasionó una considerable pérdida de puestos laborales en todo el país en el 2020 y la incertidumbre política, provocada por la segunda vuelta electoral presidencial, han determinado el estancamiento de nuestra economía y una reducción del empleo presionando en el aumento de la pobreza.
En el mes de octubre de 2020, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) estimó que la pobreza monetaria se incrementaría entre 8% y 10%, lo cual significaría un retroceso de 10 años de trabajo.
En este sentido, la estimación del Midis resultó cierta. A mediados del mes de mayo de 2021, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que, en el año 2020, la pobreza monetaria afectó al 30.1% de la población nacional; lo que significa que la pobreza aumentó en 9.9%, respecto del año 2019.
La mayor población en situación de pobreza se observó en la sierra rural con 50.4%, seguida por la selva rural con 39.2% y la costa rural con 30.4%. No obstante, el mayor incremento de la pobreza se presentó en Lima Metropolitana, que pasó de 14.2% a 27.5% y luego en la sierra rural que aumentó de 16.1% a 27.0%.
Si bien la pobreza nacional ha empeorado durante el 2020, esta situación puede agravarse debido a la lenta recuperación de la actividad económica del país. En este contexto, Macroconsult estima que la pobreza alcanzaría al 27% de la población nacional, al cierre del 2026.
Además del crecimiento económico, el aumento de los precios (inflación) también impacta en la evolución de la pobreza, pues su medición está sujeta a la capacidad de las familias en adquirir una canasta de alimentos y no alimentos. Al mes de junio, la inflación nacional resultó 0.22%, principalmente por el aumento de los precios de transporte (0.70%) y de alimentos (0.55%).
De acuerdo con el Banco Mundial, muchos países de la región tardarán varios años en volver a sus niveles de pobreza vistos antes de la pandemia, esto incluso proyectando un incremento del PBI latinoamericano de 5.2% para el 2021.
Con todo lo expuesto anteriormente, el Perú no puede darse el lujo de alejar a la inversión privada y extranjera y desmotivar el desarrollo empresarial del país. Se necesita trabajar permanentemente en la estimulación de una economía con menor desigualdad para salir del nivel de pobreza en que nos encontramos actualmente.
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