OPINIÓN | Javier Zúñiga: La Constitución y el desarrollo económico social del Perú
La propuesta de cambio de la Constitución peruana, ha sido el principal objetivo del actual gobierno. En los últimos días, ha tomado fuerza por la propuesta presentada al Congreso. Pero la pregunta que muchos se hacen es si la actual Constitución peruana no está permitiendo el desarrollo económico de nuestro país. Para resolver esta inquietud realizaremos una comparación de la Constitución del 1979 y la de 1993.
La Constitución de 1993, bajo una economía social de mercado, permitió la realización de diversas reformas y políticas macroeconómicas que lograron corregir la crisis económica. El principal impulsor de la economía peruana, a partir de 1993, fue la reforma neoliberal (primario exportador).
De acuerdo al Banco Central de Reserva del Perú, entre los años 1979-1992, período en el que la Constitución de 1979 estuvo vigente, el PBI nacional disminuyó en 2.64%. Mientras que en la Constitución de 1993 (1993-2019), el PBI del Perú pasó de S/162,093 millones a S/546,161 millones, lo que significó un incremento de 236.9%.
La hiperinflación nacional fue un problema sin control durante la década de 1980. En el período 1979-1992, la inflación promedio se ubicó en 917.5%, mientras que durante los años 1993-2019 la inflación promedio fue de 6.2%.
Entre los años 1979-1992, la balanza de cuenta cocorriente tenía un déficit de -4.6% promedio anual, con respecto del PBI nacional. A partir de 1993 esta tendencia alcanzó un -1.0% en el 2019.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, 1994 muestra un nivel de pobreza nacional de 42.4%, sobre la población nacional. En el 2019, esta cifra se redujo a 20.2% de la población nacional.
En general, durante las décadas donde la Constitución de 1993 se ha mantenido vigente, las principales variables económicas y sociales se han visto favorecidas por el modelo económico implementado. Pero la Constitución, por sí misma, no es el principal motor de la economía. Si bien se enmarca el rol del Estado en la economía, es la población el agente que da vida al aparato económico del país.
En este contexto, la actual Constitución peruana ha logrado ser una de las principales economías de la región. Un cambio de Constitución, sin ningún fundamento técnico, no beneficiará al país, más bien, generará una mayor inestabilidad. No se puede pretender mejorar la economía peruana con un cambio de Constitución si no se sabe cómo gobernar el país.
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