OPINIÓN | Fermín Silva: La informalidad y el empleo en el Perú
En este primer semestre del año, la población ocupada del país alcanzó las 17 millones 481 mil 300 personas, incrementándose en 7,3% (1 millón 185 mil 100) en comparación con el trimestre del año 2021 y en 5,6% (932 mil 800) respecto al trimestre del año 2020. Mientras que la tasa de informalidad en el país ha llegado al 76%, lo cual hace que el balance con la formalidad se vea notoriamente afectada.
Esta cifra equivale a 3 veces más la tasa de formalidad, la cual también terminó cayendo en el mismo periodo. La población urbana ocupada con un empleo informal (sin beneficios sociales o que trabajan en unidades productivas no registradas) alcanzó ya las 10.3 millones de personas.
El sector informal en el Perú está formado por el conjunto de empresas, trabajadores y actividades que operan fuera del marco legal y normativo que rige la actividad económica; no pagan impuestos y esto lleva como consecuencia en gran parte a los pésimos servicios por parte del Estado.
Por ejemplo: No hay un buen servicio de salud y educación, los trabajadores informales tampoco tienen un sistema de pensiones. En el Perú, el 19% del PBI proviene del sector informal y tres de cuatro peruanos de la población económicamente activa son informales.
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Ante este dilema o fenómenos de causa efecto, me permito sugerir la perspectiva que debe tener el Perú sobre la informalidad:
1- Se debe trabajar para que la informalidad baje progresivamente hasta alcanzar los niveles de los países de ingresos altos (5 % de informalidad) siguiendo el modelo de la economía formal International futures (IFS).
2- Erradicar la corrupción despolitizando las instituciones que administran justicia, haciéndolas eficientes con recursos y capacitación, aplicando la ley para sancionar en base al delito y no al inculpado para evitar que los corruptos se libren de la justicia.
3- Se debe atraer la inversión privada para elevar la formalidad en el país, bien sea la inversión nacional o extranjera. Así también cambiar la cultura de la informalidad.
4- Debería revisarse las normas que determinan los requisitos para desempeñar cargos públicos, sin que esto signifique que estemos restringiendo los derechos de los peruanos de elegir y ser elegidos. Se trata es escoger al mejor o los mejores para que en nuestra representación trabajen resolviendo los grandes problemas del país.
5- Cualquier peruano tiene el derecho de postular a cualquier cargo público, pero para lograrlo debe prepararse así cómo lo hacemos todos para lograr un empleo con ciertas responsabilidades que tengan que ver con el perfil de la preparación, de esta manera tendremos autoridades capacitadas como reza el viejo adagio zapatero a tu zapato.
Un llamado a las autoridades del país, para que tomen acción a los problemas que realmente están afectando a los peruanos, de nada vale que los poderes del Estado sigan enfrentados porque no están resolviendo nada así, pónganse en el lugar del peruano de pie, trabajador, que está viendo afectado su bolsillo.
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