OPINIÓN | Fermín Silva: "Con inflación no hay salud"

La estabilidad de las políticas macroeconómicas como el control de la inflación, tasa de cambio controlada, control de los interés financieros en el sector financiero y el nivel del déficit fiscal (ingresos egresos), crecimiento del PBI, junto a la estabilidad política, social y jurídica, ofrecen seguridad y garantía a los agentes económicos para invertir y esto origina nuevos puestos de trabajo, aumentando el consumo interno, es decir que las personas tienen mayor capacidad de compra de bienes y servicios. Por ejemplo, las personas compran más ropa, compran más servicios de salud, esto incentiva el aparato productivo de un país, es decir las empresas producen más bienes o servicios para atender el aumento de la demanda, aumentando las ventas y, por lo tanto, aumenta la recaudación tributaria mediante la recaudación tributaria a través de la Sunat y la aduana. Estos recursos se deben usar sin corrupción en salud, educación, saneamiento ambiental y aumentar los presupuestos de todos los programas sociales, incluyendo las ollas comunes de las poblaciones vulnerables.

En el Perú, en las épocas de crecimiento económico con inflación controlada, no se invirtió en el capital humano, es decir no se invirtió en salud, educación y saneamiento básico por dos razones principales: corrupción y por una gestión pública ineficiente, desfasada, de espaldas a las grandes necesidades del país, porque los funcionarios con responsabilidad de autorizar gastos están pensando en cumplir las normas y excesos de normatividad como consecuencia de la corrupción y pierden la agilidad de decidir y no atienden las verdaderas necesidades del Perú.

Acá cabe preguntarse si la solución es solamente mantener una política macroeconómica estable, o sea es suficiente el control de la inflación para tener recursos suficientes para invertir en el sistema nacional de salud o es necesario, además, gestores que sepan hacer las cosas sin corrupción y de manera ágil tomen decisiones para atender las verdaderas necesidades del Perú, por ejemplo, invertir en salud.

En mi opinión, se requiere políticas macroeconómicas estables, crecimiento del PBI, estabilidad social y jurídica, pero aunado a una gestión pública eficiente, ágil y que entienda los principales problemas del país sin corrupción; no se trata de crear más normas, más leyes, lo que se trata es ser eficiente para tomar decisiones sin corrupción para mejorar nuestro nivel de salud, educación y saneamiento básico.

Para mejorar la gestión pública es necesario apostar por la meritocracia, lograr que la gestión pública esté inspirada por el espíritu empresarial privado para que la estabilidad macroeconómica con nivel de inflación controlado sirva para mejorar nuestro nivel de salud en el Perú.

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