OPINIÓN | Dennis Falvy: El interés, es el precio del tiempo
En su nuevo libro “The Price of Time: The Real Story of Interest”, el historiador económico Edward Chancellor muestra que, a lo largo de la historia de la humanidad, las burbujas especulativas y las feas consecuencias siempre han ocurrido cuando las tasas de interés se mantuvieron demasiado bajas durante demasiado tiempo, creando las consiguientes burbujas en casi toda clase de activos.
Hay una entrevista copiosa con The Market NZZ, que vale la pena auscultarla: https:// themarket.ch/interview/edward-chancellor-central- banks-delayed-the-day-of-reckoning-ld.7051
Rastrea en su libro la historia de las tasas de interés hace cinco milenios, para mostrar cómo es la institución económica más antigua en la historia del hombre. El tiempo es valioso y es dinero. Y aquí se creó la “Burbuja de Todo”, señala. Y es que durante la manía del mercado Covid-19 de 2020 y 2021, ella se evidenció en la valoración general del mercado de valores de EE.UU.
La primera registrada tuvo lugar en Londres durante la década de 1690, cuando los especuladores ingleses se entusiasmaron mucho con las campanas de buceo que se usaban para rescatar tesoros de barcos hundidos. Sostiene que cuando las tasas de interés se bajan demasiado, las personas se ven impulsadas a esfuerzos especulativos y persiguen rendimientos. Afirma que hay una buena forma de deflación que en realidad beneficia, porque las cosas se vuelven más baratas.
Hay asimismo una “mala deflación”. Y, está claro que fue un error que los bancos centrales trataran de combatir este tipo de deflación a toda costa, persiguiendo agresivamente un objetivo de inflación del 2% y eso tuvo enormes problemas con una sobrefinanciación de la economía y un aumento del endeudamiento.
Durante más de una década, después de la crisis financiera, la inflación no repuntó. Ahora ha vuelto con una venganza que ha puesto todo en alerta amarilla y con posible dolor y sufrimiento. Se me acabo el espacio, la entrevista es genial, extensa, toca a Volcker, al QE y pone a la FED en una situación de “malditos si lo hacen, malditos si no lo hacen”.
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