14/02/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
En reciente columna, hemos tratado la reforma pensionaria que pretende realizar el actual Congreso, en estos tiempos en que hay campaña electoral para renovar Presidencia de la República y Parlamento Nacional.
No es el mejor momento para hacer una reforma sustantiva, pues las agrupaciones políticas están empeñadas en la campaña y los candidatos muchas veces, actuando para las graderías, hacen todo tipo de ofrecimientos, así ellos sean antitécnicos, pues el corte populista y demagógico puede darles votación apreciable.
Recordemos además que varias de las agrupaciones políticas en competencia tienen en la actualidad representación parlamentaria, las que pueden sumarse a la campaña electoral, convirtiendo estos tiempos en tóxicos para emprender cualquier reforma sustantiva en forma seria y técnica.
La anterior reforma pensionaria, fue hace cerca de veinte años, en el Parlamento elegido en el 2001 y que concluyó el 2006. En el penúltimo año de tal Congreso y sin campaña electoral en paralelo, se afrontó la reforma, pese a que el Gobierno Nacional de aquel entonces había perdido el control de la mesa directiva del Parlamento, la que pasó a estar presidida por el autor de esta nota.
Hubo entendimiento entre los Poderes Legislativo y Ejecutivo para realizar la reforma, con clara decisión política, siendo actores principales de la reforma, desde el Ejecutivo el ministro de Economía de aquel momento, Pedro Pablo Kuczynski, secundado por Marisol Guiulfo y, desde el Parlamento el congresista Rafael Aita, con gran versación en la materia.
Se trató de una labor coordinada y de gran contenido técnico, en que se contó en el debate con el aporte de los más importantes expertos en la materia. Se tuvo que hacer hasta una reforma constitucional para pasar desde la teoría de los derechos adquiridos a la de los hechos cumplidos, lográndose el cierre de la Ley 20530, que para las pensiones del Sector Público fomentaba el efecto espejo entre remuneraciones activas y pensiones, para el mismo cargo, lo que hacía inviable económicamente seguir con tal sistema.
Es conveniente recordar que para el tema pensionario se requieren cálculos actuariales, y si ello no se da o se hace mal, el sistema colapsará y por ello a partir del 2001 se fueron corrigiendo diversos defectos, como fue pensión mínima y jubilación anticipada con veinte años de aportes, el certificado anual de cotizaciones para evitar el absurdo peregrinaje de los postulantes a pensión, que tenían que conseguir documentación probatoria de anteriores empleadores.
No cabe duda al autor de esta nota que hay que hacer las reformas que las Administradoras Privadas de Pensiones eludieron durante algunos años, pero hay que hacerlas bien y sin la presión viral de campaña electoral en simultáneo.
Con razón Aita me comentó que para ejecutar una reforma pensionaria “necesitamos de expertos y el análisis de múltiples variables para el mejor cálculo actuarial ... la sostenibilidad del sistema y la tasa de retorno de un sistema financiado a largo plazo”. Como vemos tiene que primar lo técnico sobre cualquier tipo de discurso.
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