17/02/2021 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
Alguien te llama por teléfono y, antes de saludarte, ya está en el “¿qué te parece lo de las vacunas?”. Uno se encuentra con alguien en la calle y, medio en broma y medio en serio, surge la interrogación “¿te vacunaste?”.
La gente, con mucha vergüenza vive este momento muy triste y lo lamenta. Espera una respuesta clara, sin rodeos, que no tenga otras intenciones. En todo el país hay dolor y duda con un “¿qué pasó?, ¿cómo sucedió?”.
Hoy surgen varios salvadores, no debemos creer tampoco que solo sea de corazón y “de buenas personas”. Luego de observar lo sucedido es como para no creer en nadie, todos meten los cinco dedos y sacan seis muy apretaditos.
Los intereses están en todas partes con diferentes rostros y con distintos acentos al hablar, y sentirse dueños de la verdad mientras que nuestra gente del norte, del sur y del centro vive la angustia de la llegada de la vacuna y la falta de oxígeno.
La gente siente aquella vergüenza ajena porque no tenemos la salida a la mano, y todo lo realizado se hizo mal, con mayúscula, y con marcados intereses permitiendo el sufrimiento de mucha gente en todos los distritos, en todos los barrios de todo un país.
Cada hogar con la pandemia tiene una historia, una verdad para contar el drama vivido por cada uno de ellos, vivido junto a los suyos.
La gente está dolida por lo pasado, está afectada por la mentira, por lo falso del terreno pisado, por el engaño, por el tino. ¿Le podemos preguntar al ciudadano peruano si cree en alguien? Difícil. El Perú y su gente están muy dolidos, muy dolidos como pueblo.
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