14/01/2019 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023
El alcalde de San Juan de Lurigancho (SJL), Álex Gonzales, arremetió este lunes contra Sedapal, tras el aniego de aguas residuales que dejó cientos de damnificados en su distrito.
En declaraciones a Exitosa, Gonzales sostuvo que se pudo prevenir este aniego, que fue ocasionado por la rotura de una tubería matriz.
"No se puede cambiar una matriz de esas dimensiones, sin hacer una programación de corte de agua, de ese servicio tan vital. Esta operación nosotros la veíamos con mucho peligro, y hace dos semanas, antes de tomar el cargo, envié un documento a Sedapal, advirtiendo la presencia extraña de desplazamiento de la pista y de ese gran forado. Faltó un plan de previsión, respuestas técnicas. Así no se puede tratar a San Juan de Lurigancho, no somos peruanos de quinta clase", manifestó.
El burgomaestre exigió a Sedapal que indemnice a los afectados por el aniego. "Como alcalde expreso mi rechazo a la incapacidad de Sedapal. Cómo cambia una matriz, sin un plan de contingencia (...) Sedapal nos las paga, señor, no se va a burlar de un pueblo como San Juan de Lurigancho (...) Sedapal nos la va a pagar porque hay miles de afectados", expresó.
"Sedapal es muy buena para cobrar los recibos de agua, pésima para dar servicio. Eso es lo concreto. Deben aceptar su responsabilidad", añadió.
Gonzales hizo un llamado a la ministra de Salud, Zulema Tomas, para que declare en emergencia sanitaria a la zona de San Juan de Lurigancho que se encuentra inundada por las aguas residuales.
Un sorpresivo aniego afectó decenas de viviendas que conforman la zona de los Jardines de San Juan, las cuadras 11 y 12 de la avenida Próceres de la Independencia y en los alrededores del parque zonal Wiracocha, en San Juan de Lurigancho. Los vecinos temen la posible aparición de focos infecciosos y zancudos por el nivel de contaminación.
La inundación inició a las 3:00 a.m. del ayer domingo y se prolongó por las horas siguientes. En un punto, el nivel del agua llegaba hasta la cintura de los moradores, afectando negocios, inmuebles, artefactos, entre otros. Según comentaron, lo que más temían era la proliferación de zancudos, bacterias o virus y, por tanto, los brotes de enfermedades por el desagüe desbordado.