En el reino de la cordillera de los Andes, en el paraíso del valle del Callejón de Huaylas, vivían los dioses. El dios supremo, Inti (el sol), tenía una hija llamada Huandoy que se enamoró perdidamente de un poblador de los yungas. Ese gentil y valiente joven mortal, llamado Huascarán, que se enamoró profundamente de Huandoy, y ella le correspondía. Cuando el dios padre se enteró de los amores entre su hija y el joven...