Rusia ahoga a Kiev y Mariúpol sin importarle gran crisis humanitaria
La catástrofe humanitaria llegó a su peor escenario en la castigada Ucrania al cumplirse el día 17 de la invasión rusa, donde la capital viene siendo cercada y un mayor número de ciudades es víctima de bombardeos contra zonas civiles. De todas ellas, la más castigada es Marlúpol que sufre la falta de agua, luz y alimentos por casi dos semanas.
Tal es el desconsuelo de las iniciativas diplomáticas que ayer la ONU le advirtió a Rusia que los ataques en contra de civiles están prohibidos y pueden suponer crímenes de guerra, y enunció un aumento del uso de bombas de racimo en Ucrania.
Los reportes de guerra dan cuenta que Mikolaiv y Mariúpol, se encuentran en una situación humanitaria desesperada tras casi dos semanas de asedio.
Tanto las autoridades ucranianas como las rusas calificaron la situación humanitaria de varias ciudades como “catastrófica”. Los bombardeos rusos destrozaron el sábado el aeropuerto de Vasylkiv, a unos 40 km al sur de Kiev.
Los suburbios del noroeste de la capital, como Irpin y Busha, también llevan días bajo las bombas rusas y los blindados de Moscú avanzan por el eje del noreste. El consejero de la presidencia ucraniana, Mikhailo Podolyak, afirmó que Kiev “está sitiada” y que las tropas rusas centran también sus esfuerzos en Mariúpol.
En Mariúpol, un puerto estratégico del mar de Azov que lleva doce días cercado, los habitantes están desconectados del resto del mundo y privados de agua, gas y electricidad. Es una situación “casi desesperada”, advirtió Médicos Sin Fronteras (MSF), dos días después de que un representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) señalara peleas para conseguir comida.
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