OPINIÓN | Ántero Flores-Aráoz: Los dejaron en el limbo

Durante muchos años, los ciudadanos peruanos que residen en el exterior y conservan la nacio­nalidad originaria, han deseado elegir, como con­gresistas, a peruanos que también residan en el exterior, para lo cual han clamado la creación el distrito electoral que los agrupe.

Hasta las últimas elecciones generales, tanto presiden­ciales como parlamentarias, nuestros compatriotas re­sidentes en el extranjero han votado para el Parlamento a candidatos del Distrito Electoral de Lima, en concreto para parlamentarios de la Provincia de Lima, pues los re­sidentes en todas las otras provincias del Departamento de Lima tienen un distrito electoral diferente, al que se le denomina Lima Provincias.

Los ciudadanos peruanos que residen en el exterior, cumplen para ser votantes con los dos requisitos que se­ñala la Constitución y esto es, ser mayores de dieciocho años y estar inscritos en el registro electoral, pero la Ley Orgánica de Elecciones les señala también que “los elec­tores residentes en el extranjero son considerados dentro del Distrito Electoral de Lima”, en consecuencia votan para parlamentarios por Lima.

No importa que nuestros conciudadanos que están en el extranjero sean nacidos en otras provincias diferentes de Lima, ni que tampoco hayan residido en la capital de la República; basta que estén residiendo en el exterior para que tengan que votar para congresistas por Lima, pero con el agravante que al no residir en esa provincia no po­drán representarla.

La vocación patriótica de los peruanos residentes en el exterior, no solamente para ejercer su derecho a voto sino adicionalmente a hacerlo valer por candidatos de residencia foránea, siempre se ha visto frustrada. En efec­to, muchas veces se han presentado en el Congreso pro­yectos de ley para establecer distrito electoral especial para ellos y que pudieran ejercer su legítimo derecho de sufragio por candidatos que tuviesen su misma situación de residencia y por tanto similares expectativas. Lamen­tablemente los parlamentarios han sido renuentes hasta ahora a crear el distrito electoral indispensable para que elijan los peruanos del exterior a sus propios represen­tantes y no a los de Lima. Muchos de ellos han concurrido con frecuencia a las convenciones de los peruanos en el extranjero y les han hecho una y mil promesas en tal sen­tido, pero siguen sin cumplirla.

Sin embargo, lo peor no es lo expuesto, sino que en la re­ciente modificación de la Ley Orgánica de Elecciones, en su artículo 21, se ha omitido el siguiente texto: “Los elec­tores residentes en el extranjero son considerados dentro del Distrito Electoral de Lima”.

Nuestros conciudadanos residentes en el exterior no solo han sido olvidados en su pretensión de tener su pro­pio Distrito Electoral para elegir a sus propios candidatos al Parlamento, sino que ahora se les niega tal derecho.

No creemos que hubiera mala fe en la exclusión, sino qui­zás olvido, falta de atención o de conocimiento y, todo ello probablemente por el apresuramiento en tratar la llama­da “reforma política” propuesta por el Ejecutivo en forma casi coercitiva. Allí el resultado de aprobar leyes casi con “fórceps” como en el antiguo hospital de maternidad.

Por Ántero Flores-Aráoz / Expresidente del Congreso de la República.