Caso Cayara: La investigación
Días después de la masacre, los sobrevivientes denunciaron los hechos en Ayacucho. Así, se designó a Carlos Escobar como fiscal encargado de la investigación.
El 10 de agosto de 1988 se informó sobre la existencia de tumbas en un paraje denominado Pucutuccasa, a cuatro horas de Cayara. El fiscal Escobar exhumó, de acuerdo a ley, los tres cuerpos hallados e identificó a Alejandro Echaccaya Villagaray, Samuel García Palomino y Jovita García Suárez, quienes habían sido detenidos el 18 de mayo durante la intervención militar en Cayara.
Flavia García Suárez, hermana de Jovita, identificó a los tres cadáveres y se levantó el acta de exhumación. De acuerdo a la versión de la fiscalía, el grupo encabezado por Escobar solo trasladó el cadáver de Jovita García ya que no contaba con facilidades de transporte.
Cuando los investigadores retornaron días después, advirtieron que los otros dos cuerpos habían sido retirados de las tumbas. Sin embargo, quedaban restos como manchas de sangre, cabello humano, pedazos de ropa, etc.
Era evidente que el traslado de esos cadáveres solo se pudo realizar por una fuerza capaz de controlar regularmente la zona. Los medios de comunicación señalaron que el general José Valdivia exigió al oficial de la PIP que acompañó a Escobar, información sobre los hallazgos del fiscal.
La necropsia a Jovita García estableció que estaba embarazada, presentaba diversas fracturas en las extremidades y tenía el cráneo destrozado. Su muerte había sido por traumatismo encéfalo craneano grave o por lesión punzo cortante a nivel del corazón. Luego, intentando encubrir estos hechos, el Ejército informó que Jovita García era su informante y que su muerte había sido causada por Sendero Luminoso. Por Tito Alvites.