Política

Por 26 años permaneció oculta matanza senderista de Etzoniari

Pese a que más de 300 personas fueron asesinadas en una comunidad asháninka en 1993, no figura en informe del CVR, revela libro con testimonios inéditos.
matanza
14-04-2019

La más horrenda masacre ocurrida en 1993 quedó en el olvido. Trescientos peruanos de la comunidad asháninka de Etzoniari, en el distrito de San Martín de Pangoa, fue asesinada por las huestes de Sendero Luminoso y pese a la gravedad del caso nunca fue incluida en el informe de la Comisión de la Verdad.

La matanza ocurrió el 28 de julio de 1993, precisamente el día que se conmemoraba la Independencia del Perú. Fue una columna de Sendero Luminoso que ingresó a la comunidad nativa y asesinó sin piedad a más de trescientas personas, entre niños, mujeres y ancianos.

De acuerdo al testimonio de los sobrevivientes que recoge el libro “El Valle de la Muerte, las masacres ocultas de Sendero Luminoso en el VRAEM”, más de 400 senderistas irrumpieron en el poblado asháninka a las 6 de la mañana y sorprendieron a la población que recién se aprestaba a iniciar sus labores cotidianas.

Los hombres de la comunidad montaron una defensa que soportó la ofensiva por más de seis horas, defendiéndose solo con lanzas y flechas. Al final sucumbieron ante el poderío bélico y el número mayor de atacantes.

Quemaron a niños

Los senderistas aniquilaron a los heridos y revisaron todas las chozas en la búsqueda de sobrevivientes. A los niños que encontraron los ataron, los encerraron en una choza y los quemaron, según el relato de quienes pudieron escapar a través del bosque.

Uno de los testigos de aquella masacre es Jesús Priori, actual jefe de la comunidad, enclavada en un valle ubicado en el distrito San Martín de Pangoa, donde actualmente viven unas trescientas personas.

El testimonio de Priori forma parte del libro de los periodistas José Arrieta Matos y Víctor Tipe Sánchez, el cual descubre los crímenes senderistas en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro desde la época de los 80 hasta la actualidad.

En esa zona, decenas de comunidades de nativos y de colonos fueron arrastradas por los senderistas como parte de su estrategia política y luego retenidas a la fuerza por décadas. Los cautivos vivieron en campamentos precarios que eran verdaderos campos de concentración. El libro tiene como hilos conductores a dos personas: Dionisia, una mujer que fue secuestrada en 1990 junto con su familia y recobró su libertad recién el año 2012. A lo largo de 22 años cuidó niños en los campos de concentración, trabajó en sembríos destinados a la alimentación de los jefes militares, vio decenas de asesinatos y sobrevivió a tres matanzas.

El otro hilo conductor es Teófilo, un niño secuestrado a los diez años junto con sus padres y hermanos, y después llegó a conformar las columnas armadas. Cansado de las crueldades, fugó a los 16 años, pero, en venganza, su familia fue asesinada por Sendero. Años después sirvió de guía a las patrullas militares que rescataron otros cautivos.

Testimonios inéditos

El libro “El valle de la muerte, las masacres ocultas de Sendero Luminoso” describe la vida cotidiana de los cautivos, las miserias que sufrieron y las órdenes descabelladas que debía acatar bajo amenazas de muerte. Los autores del libro, José Arrieta y Víctor Tipe, recogieron los testimonios en el propio lugar de los hechos, en los pueblitos selvático donde esta gente sigue su vida en medio de la pobreza extrema. El libro que tiene un anexo de fotografías, será presentado el martes 16 de abril en el auditorio de la Municipalidad de Lima a las 7 de la noche.