OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: cuidado con los conflictos
Hoy es un día clave para la solución al conflicto en Las Bambas. Los comuneros de Chalhuahuacho conocerán los acuerdos suscritos por el presidente de la comunidad de Fuerabamba, Gregorio Rojas, para decidir si aceptan desbloquear la carretera. Hasta ayer, las vías seguían tomadas y se mantenía la posición de desbloquearla hasta que el presidente Martín Vizcarra viaje a la zona.
Los comuneros decidirán si están de acuerdo con liberar la vía y reciben el pago de 15 millones de soles por única vez (ya no los 40 que reclamaban) para ser distribuidos entre las comunidades. De aceptarlo, se daría un gran salto para la solución definitiva de un conflicto que lleva ya dos meses.
Sin embargo, para el gobierno de lograrse la solución en Las Bambas no será el final de los problemas, pues desde otras zonas del país ya se anuncian acciones que pueden causarle más de un dolor de cabeza al presidente Martín Vizcarra, al premier Salvador del Solar y a sus ministros.
Comunidades de la región Loreto han amenazado con paralizar la actividad petrolera si el gobierno no cumple los acuerdos del acta de Saramurillo, que suscribieron en la gestión del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.
Además, organizaciones como la Junta Nacional de Usuarios de los Distritos de Riego del Perú y la Convención Nacional del Agro (Conveagro) han anunciado el inicio de un paro nacional agrario a partir del 13 de mayo, según indican sus dirigentes por el desinterés del gobierno para resolver los problemas del sector.
No solo eso, un reporte de la Defensoría del Pueblo publicado en febrero, da cuenta de la existencia de 179 conflictos sociales, 105 de los cuales han presentado un hecho de violencia.
Y en el gremio magisterial también se anuncian medidas de protesta que pueden terminar en la paralización de las clases escolares.
De manera que la situación es preocupante. El jefe del gabinete y sus ministros deberán demostrar mucha muñeca -algo que hasta el momento no se ha evidenciado- para resolver estos problemas. El camino del diálogo es vital para atenderlos, pero dependerá de la rapidez con que reaccionen ante los mismos, y no esperar como en el caso de Las Bambas que la protesta se desborde y después de 60 días buscar una salida con la mediación de la Iglesia. Un duro reto que tiene por delante el gobierno que preside Martín Vizcarra. Que Dios lo ilumine.