OPINIÓN | Jaime O. Salomón: Evidencia en política
POR JAIME O. SALOMÓN*
Los políticos son elegidos por la ciudadanía y se supone que nos representan a todos para trabajar por el Perú.
La política pública nace de lo que el colegiado político planea para el futuro del país, en función a los intereses de los peruanos.
Los políticos que asumen cargos en el Estado debieran tener como fin el seguir con las políticas públicas ya encaminadas a generar desarrollo del país y dejar de hacer política.
La tendencia actual es que las políticas públicas deben estar basadas en evidencia, con planes e indicadores de gestión bien definidos, que permitan el constante monitoreo para lograr los objetivos.
La evidencia va acompañada de información, por lo que es imperativo saber qué hacer.
El enfoque en resultados debe ir acompañado de personas que sepan de estrategia y de gestión, permitiendo enfocarse en el manejo de las políticas públicas. Para ello, esos políticos deben estar acompañados de un equipo que sepa operativizar esas políticas, monitorearlas y evaluarlas constantemente. Ellos proveerán el conjunto de herramientas para verificar y asegurar la calidad y eficiencia en cada etapa de implementación
Por ende, el éxito de las políticas públicas está relacionado a buenos políticos que representan a la población -que seguirán las políticas-, así como a un apropiado equipo que día a día haga seguimiento a través de indicadores (métricas) evidenciando que el camino que se recorre es el apropiado, con transparencia, lógica, coherencia y profesionalismo.
El país requiere que se generen políticas públicas tal que en el largo plazo permitan el desarrollo del Perú, sea quien sea la autoridad de turno en el Estado (alcaldías, gobernaciones, poder legislativo, poder ejecutivo y poder judicial). Se necesita que esas políticas públicas estén basadas en evidencia para asegurar el monitoreo constante que garantice el éxito.
Por ejemplo, en agricultura lo ideal sería tener una política pública que permita el desarrollo del agro familiar, con evidencia que permita hacer seguimiento y lograr el ansiado desarrollo del sector; equivale a levantar las velas y enrumbar el barco hacia el destino deseado, sea quien sea el capitán. Así se evitaría que el sector tome el camino que el encargado de turno estime, cual simplemente levantar las velas sin saber a dónde irán; capaz por eso el sector aún está “paseando” por aguas desconocidas.
Y con evidencia desearle los mejores deseos a nuestra selección de fútbol, que seguramente hoy ratificará que navega con rumbo definido por la Copa América.
Trabajemos por el Perú.
*Ciudadano, emprendedor y docente.