22/01/2020 / Exitosa Noticias / Política / Actualizado al 09/01/2023
El año pasado, la inmensa mayoría de peruanos saludó y celebró el cierre del Congreso de la República, un Congreso que había logrado el dudoso mérito de ser el peor de la historia republicana, un Congreso que se convirtió en cómplice y encubridor de la corrupción.
Pero también fue un Congreso que resultó vergonzoso por el comportamiento de algunos de sus integrantes, que uno se pregunta cómo diablos hicieron para llegar al Congreso. Y la respuesta es muy fácil: muchos de ellos pagaron por sus sitios en las listas, no porque representaban a nadie, se presentaban así mismos y a sus intereses.
Y hemos tenido congresistas mentirosos, que no solamente han engañado sobre sus hojas de vida, sino congresistas que han utilizado el Congreso como un escudo para protegerse de los delitos que habían cometido, y para protegerse de la acción de la justicia.Pero sobre todo y antes que cualquier cosa, ha sido un Congreso profundamente desconectado de la sociedad y de sus problemas reales.
Ya terminó el capítulo del cierre del Congreso con la decisión del Tribunal Constitucional de la semana pasada. Ya no está en discusión el cierre del Congreso, lo que está en discusión es qué vamos a hacer nosotros los ciudadanos para elegir a este 26 de enero un Congreso mejor que el anterior.
Está en nuestras manos decidir lo mejor que sea posible para el país. Y tenemos que exigirle a las personas a las que elijamos a que se comprometan a no blindar más la corrupción, a no utilizar el Congreso como una agencia de empleos, a procesar no solo lo que falta de la reforma política y electoral, y aportar al proceso de reforma del sistema de justicia más de lo que se ha avanzado, y reformar al propio poder parlamentario. Este domingo depende exclusivamente de nosotros, los ciudadanos.