Política

Nicolás Lúcar: "En el Apra no se ha producido ninguna renovación" 

Nicolás Lúcar se pronuncia sobre el reciente Congreso Nacional del Apra, donde se eligió a dirigentes vinculados a actos de corrupción.
28-10-2019

El día de ayer, como le gusta decir a los apristas, fue histórico. Y fue histórico pero no en un sentido glorioso, sino más bien en el inverso, es decir, el día de ayer al terminar el congreso nacional del Partido Aprista, quedó claro y sellado que este partido, o por lo menos quienes pretendieron representarlo en este evento, le dijeron "no" a la renovación.

En medio de enormes controversias con respecto a la representatividad del congreso, en medio de denuncias de delegados que participaban sin haber sido elegidos por nadie, y de delegados selectos a quienes se les impedía el ingreso al congreso, se decidió finalmente nombrar a César Trelles, ex gobernador de Tumbes, como presidente del partido, y al señor Elías Rodríguez como secretario general de la organización. Y como una señal de que no se ha producido ninguna renovación, una vez más Mauricio Mulder es presidente de la comisión política tan importante en este partido.

Pero lo increíble es que esta decisión se da en un contexto en el que el partido enfrenta temas muy serios. Enfrenta no solamente gravísimos cargos de corrupción en la figura de muchos de sus más connotados miembros, incluyendo el suicidado expresidente Alan García, sino gente de su entorno, ministros que están simplemente uno tras otro apareciendo en las listas de funcionarios que recibieron no solo dinero para sus campañas electorales, sino peor aún, recibieron comisiones ilegales para gobernar no en función de los intereses del pueblo, sino en función de las grandes empresas concesionarias y contratistas del Estado peruano.

Este partido tiene en su historia a gente que ha luchado por un país donde haya justicia social y donde haya progreso, pero han terminado sirviendo los grandes intereses del país e involucrados en la corrupción, cuando la promesa de este partido era hacer una revolución moral en el Perú. Parece que la suerte está echada.