Nicolás Lúcar: Agricultores del Valle de Tambo merecen respeto y que no los vuelvan a engañar
Hablemos claro de Tía María, van diez años en lo mismo. En el 2009 fue el primer estudio de impacto ambiental, hecho durante el gobierno de Alan García. Ese estudio de impacto ambiental que decía que todo estaba muy bien, que no iba a haber problema con el desarrollo de ese enorme proyecto minero que puede producir millones de millones de dólares para el país. ¡Pero no estaba todo conforme!
La UNOPS, que es un organismo de Naciones Unidas, encontró 138 observaciones al estudio de impacto ambiental, que era un estudio trucho, tramposo, que habría que investigar cómo así se convirtió en lo que fue.
Y eso generó una enorme desconfianza de los agricultores del Valle de Tambo, que lo que temen es que el desarrollo de ese proyecto termine destruyendo la agricultura en la región, que es de lo que han vivido sus ancestros y de lo que viven ellos y pretenden que vivan sus hijos y sus nietos.
Y esa desconfianza es el problema clave. Y lamentablemente lo único que se ha hecho para enfrentar esta situación es meterle bala a la gente cuando protesta, y cuando protesta es porque está sintiendo que su vida puede ser afectada seriamente. Y estamos hablando de diálogo hoy, cuando se dijo que el estudio de impacto ambiental vencía la primera semana de agosto, y que si no se les daba la licencia de construcción a los señores de Southern, iba a tenerse que hacer un nuevo estudio de impacto ambiental
Y lo que se dijo es que todo estaba listo, que la gente estaba de acuerdo. Explíquenme lo que está pasando ahora, en una provincia que está parada. Se han hecho las cosas muy mal en relación a Tía María, y por eso hay que comenzar por algo muy simple: escuchar a la gente.
Lo primero que merecen los agricultores del Valle de Tambo es respeto, y que una vez más no los vuelvan a engañar. Significa o no significa un riesgo real para el desarrollo de la agricultura en el Valle de Tambo el asentamiento de ese proyecto minero.
La respuesta no lo tienen los abogados, ni los lobbistas, ni los políticos ni los periodistas, la tienen los especialistas, y es a ellos a los que hay que preguntarle.