Muerte de Alan García remeció al país
Su trágica decisión movilizó hasta las afueras del hospital Casimiro Ulloa, a una muchedumbre entre simpatizantes, militantes, dirigentes y apristas de la vieja guardia, quienes expresaban su consternación por lo ocurrido y protesta contra autoridades judiciales y hasta el gobierno por la forma en que acabó su vida el líder aprista.
Los restos del ex jefe de Estado fueron conducidos a la Casa del Pueblo de la avenida Alfonso Ugarte, donde su familia política le rinde los honores al líder aprista más querido después de su jefe fundador Víctor Raúl Haya de la Torre.
Los estribillos “El Apra nunca muere” y “Cuando un aprista muere, nunca muere”, se escuchaban nuevamente en las calles. Alan García no recibirá los honores de jefe de Estado que le corresponden porque su familia así lo decidió.