27/10/2019 / Exitosa Noticias / Política / Actualizado al 09/01/2023
El internacionalista Juan Velit afirma que las protestas en varios países del continente se deben a que el modelo económico y político ya se agotó y necesita modificarse para responder a las demandas de los pueblos. Recalca que el Perú, por ahora, es ajeno a estas manifestaciones por el respaldo de la población al cierre del Congreso.
Por: Alex Ramírez
¿Cómo describe el origen de esta manifestación histórica en Chile? ¿Qué ocasionó que se llegue a esta situación?
Los acontecimientos de Chile nos pueden ilustrar a todos los latinoamericanos que la población, en primer lugar, ya no cree en los mecanismos políticos para la solución de sus problemas y que no considera que los partidos políticos puedan estar a la altura de las demandas de la población, porque no solucionan los problemas sino los complican muchas veces más. La prueba evidente ha sido la marcha de un millón 200 mil personas que es histórica en América Latina. Es una marcha de envergadura que no lo ha liderado ningún partido político, sino la gente por generación espontánea. Lo de Chile es una manifestación dirigida por sindicatos, colectivos estudiantiles y otros sectores de la población para exigir mejoras salariales, mejores condiciones de educación, salud y servicios. Y sobre todo: un sistema político y económico más equitativo.
¿Descarta que detrás de estas manifestaciones estén el chavismo y el Foro de Sao Paulo como señalan algunos analistas?
Algunos analistas ven fantasmas. El Foro de Sao Paulo fue creado por Fidel Castro y Luis Lula da Silva cuando había una gran crisis del socialismo en América Latina. Había caído el muro de Berlín y se había desmembrado la Unión Soviética. En ninguna de las actas del Foro de Sao Paulo dice que hay que desestabilizar a los gobiernos de derecha. Mientras que el chavismo puede aprovechar esta subida de la ola de protestas, pero lo dicen de la boca para afuera porque son un régimen incompetente.
¿Entonces qué es lo que está impulsando a varios pueblos de Latinoamérica a rechazar a sus gobiernos?
Tanto en Ecuador, Chile, Uruguay, la clase política ha cometido grandes errores. Hay manifestaciones contra Evo Morales por reelegirse por cuarta vez y eso que es un régimen de izquierda. A Piñera, en Chile, le piden un reparto asimétrico, en Uruguay la población ha rechazado la militarización de la policía en las ciudades. La población que se está levantando está generando una primavera latinoamericana.
¿Una primavera como fue en su momento en los países del Medio Oriente?
Por supuesto que sí. Al igual que la primavera árabe que ha tenido un fin democrático, pero que no pudo impedir que vuelvan los gobiernos dictatoriales. Nosotros esperamos que América Latina tenga esa primavera que augure y anuncie un cambio en el modelo económico y de gobierno. Este modelo económico da más dinero a los que tienen y les quita a los que no tienen. Se ha precarizado la gran clase media en Chile como en la Argentina y ahí son responsables tanto Macri como el peronismo.
¿Pero dónde debería desembocar esta llamada primavera latinoamericana?
Ojala que los partidos políticos agudicen la mirada, se sensibilicen con la población, dejen de lado esa actitud de soberbia y entiendan que el poder es solo un tiempo en el cargo político cuando se asume una función política.
El presidente Sebastián Piñera ha pedido a sus ministros poner sus cargos a disposición. ¿Es un buen gesto político a estas alturas?
Lo que tiene que hacer Piñera es cambiar el modelo económico que ha permitido inmensos ingresos económicos a la elite empresarial y política, entre ellas las AFPs.
¿Pero cambiar el modelo económico no implicaría ir a una asamblea constituyente?
Es un escenario que no se descarta, porque la Constitución de Chile es producto del régimen pinochetista.
¿El modelo sobre todo el económico ya se agotó?
El modelo económico está agotado, hay que hacer una renovación, una reingeniería. No es posible que haya democracia cada cinco años cuando uno va a votar. Necesitamos un replanteamiento democrático y una clase política más cercana a la población. Los políticos chilenos, como en otros países de Latinoamérica, no han sabido leer lo que quiere la población de la calle, el hombre de a pie.
¿Ve cercano que este tipo de manifestaciones se repliquen en nuestro país.
Por ahora no, pero no podemos negar que hay un escenario muy injusto aquí también. Uno ve que han aumentado las elites económicas despectivas y que hay grandes demandas insatisfechas. Además, el Gobierno tiene un gran respaldo popular con el cierre del Congreso. Ello se suma a la informalidad, que genera una salida, un alivio a los peruanos. Por ejemplo, uno puede salir a las calles a vender algún producto sino tiene trabajo. No obstante, es un escenario que no hay que descartar.
¿Cuáles serán los efectos económicos que ocasionaran en el país estas protestas?
No podemos alegrarnos de que suceda esto en un país vecino, pero si Chile ha hecho evidente que su estabilidad económica y su estabilidad no era tan sólida como ellos la preconizaban; sin lugar a dudas tenemos mayores posibilidades económicas y políticas para captar inversiones extranjeras, pero debemos hacer un esfuerzo para ajustar estos mecanismos y no dormirnos en nuestros laureles.
¿Califica como fraudulenta la reelección de Evo Morales en Bolivia?
Claro que sí. Se ha interferido el flujo eléctrico en ese proceso electoral. Es sospechoso. Nos hace recordar al referéndum del 93 en el Perú y al mismo Alberto Fujimori que hacía interpretaciones auténticas para reelegirse y miren como terminó.