Factor AG: El regreso
Nadie podía imaginar que después de andar en el exilio Alan García Pérez, enfrentado con el régimen de Alberto Fujimori, podría regresar al país para retomar su vida política. Las puertas se abrieron el 18 de enero 2001 cuando la Corte Suprema de Justicia dio por prescritos los cargos de corrupción y enriquecimiento ilícito, imputados en su contra durante su opaco primer gobierno (1985-1990). Un 28 de enero de 2001, García Pérez llegó en olor a multitud, ya sin el peligro de ser detenido.
Desde junio de 1992, Alan había dejado el Perú, tras asilarse en Colombia, país que lo acogió después del autogolpe de abril de ese mismo año. Tras la caída del régimen fujimorista, en medio del escándalo, la instauración de un gobierno de transición en el 2000, presidido por Valentín Paniagua, García Pérez veía una posibilidad de tentar la presidencia.
¿La única piedra en el zapato? El más férreo de los opositores al régimen: Alejandro Toledo Manrique. Entonces, con más años de experiencia política, y con el ánimo de enarbolar el liderazgo antifujimorista, quiso con su retorno volver a detentar la primera magistratura en las elecciones generales de abril de 2001. Lo malo: le faltaba tiempo porque apenas tenía unos meses antes de la primera vuelta.
Cabe recordar que entonces Toledo participaba con su partido Perú Posible, en alianza con Lourdes Flores de Unidad Nacional. La segunda vuelta la chakana de Toledo se impuso con 53.08% de votos válidos.
Luego de ese fracaso preparó una estrategia para lograr alzarse con el triunfo en las elecciones del 2006 donde hizo acopio de una campaña propagandística que le permitió sacarse el clavo y ganar las elecciones derrotando a su rival de turno, el candidato Ollanta Humala, representante del Partido Nacionalista. Alan García llegó al poder ganando las elecciones presidenciales buscando reivindicarse de la mala imagen dejó su primera administración. Redimido de sus culpas.
Escrito por: Roberto Sánchez Reyes