02/05/2019 / Exitosa Noticias / Política / Actualizado al 09/01/2023
El recuento de la vida de Alan García en la esfera política nacional, tras su primer gobierno (1985-1990) ofrece aristas de controversia. Entonces, se inicia una etapa de acusaciones por corrupción en los casos emblemáticos como el BCCI, la matanza de terroristas en los penales, el caso Siragusa de Tralima, el Tren Eléctrico de Lima y el caso de los Mirage.
El Poder Judicial de entonces maniatado por el gobierno dictatorial de Fujimori le reabrió las investigaciones en su contra y lo obligó a irse del país, donde gracias a un providencial asilo político, que le concedió Colombia, bajo la figura de persecución política, encontró el respaldo para librarse de la dictadura que ya se había tumbado al Poder Legislativo.
Asimismo, vivió en París, Francia, el final de su destierro donde buscó mediante sus abogados que el gobierno galo le conceda inmunidad contra la orden de captura internacional en su contra que la Interpol distribuyó en sus 174 filiales del mundo, a petición de la justicia peruana, durante el gobierno fujimorista que lo reclamaba para que responda por presunta corrupción en el ejercicio del poder.
Tras el deterioro de su popularidad desgastada por sus desaciertos en materia económica y sesgada con el populismo de plazuelas y tribunas, pero pernicioso al fin y al cabo, terminaron creando un descalabro económico de proporciones. Aquella crisis de temidos paquetazos, que empobrecieron a los peruanos de a pie y desapareció por completo a la clase media que hasta entonces permanecía inalterable.
Escrito por: Roberto Sánchez Reyes