Factor A.F: El tsunami Fujimori arrasa y gana las elecciones del 90

Por: Blanca Temoche

Alberto Fujimori Fujimori, tenía el perfil del político académico. A sus 51 años el ingeniero agrónomo se encontraba casado con la ingeniera civil de la UNI, Susana Higushi Miyaqawa y era padre de cuatro hijos, Keiko Sofía, Hiro Alberto, Sachi Marcela y Kenji Gerardo. Era bien visto por contar con una campaña austera.

Era el representante a los comicios presidenciales de 1990 por el Movimiento Independiente Cambio 90, integrado en su mayoría por microempresarios formales e informales, profesionales y pastores evangélicos. Además, de candidato presidencial, iba como primero en la lista de aspirantes al Senado, seguido por su primer vicepresidente, Máximo San Román, y su segundo vicepresidente, Carlos García y García.

Con su mensaje “Honradez, Tecnología y Trabajo”, apareció como el perfecto opositor político para quienes no aprobaban a Mario Vargas Losa, candidato por el Frente Democrático.

Vargas Llosa era considerado ajeno a las clases populares y criticado por su entorno político conservador representado por las agrupaciones Acción Popular y Partido Popular Cristiano, desgastados en ese tiempo y por favorecer a un sector empresariado.

El primer mitin importante de Alberto Fujimori lo realizó en Villa El Salvador con una frase de enfrentamiento “aquí estamos pues, los chinitos y los cholitos”. Esa característica le funcionó y la aplicó a lo largo de la campaña.

La 'manito' de García

Un factor que pudo abonar al despegue de Fujimori, era el apoyo que le dio Alan García que mantenía una pugna con Luis Alva Castro, candidato del Partido Aprista.

Ya en la etapa final de la campaña electoral, los medios de comunicación y encuestadoras daban como favorito a Vargas Llosa con un 27%, seguido por un candidato sorpresa de un 24%, y con 22%, el representante del Apra, Luis Alva Castro.

En la etapa final de la campaña, una publicidad televisiva en contra del “Shock” que promovía Vargas Llosa, dio el espaldarazo al candidato que promovía el “No al shock”. Eso determinó los resultados finales de primera vuelta: Vargas Losa con un 34%, Fujimori con 25%, y el candidato del Apra, Alva Castro, con 15%.

Los sectores populares lo conocían como “Fuji” o “Chinito” (aunque era de ascendencia japonesa), ya no solo era el rostro nuevo con rasgos asiáticos, sino una opción distinta.

El candidato de Cambio 90 no era el único desconocido de los comicios presidenciales. Los otros eran Dora Larrea del Castillo (Unión Nacional Odriísta), Nicolás de Piérola Balta (Unión Democrática) y Ezequiel Ataucusi Gamonal (Frente Popular Agrícola del Perú).

Cambio 90 no logró mayoría en el Parlamento. En Diputados tenía 49 curules de 180, mientras que el Fredemo 64. En Senadores, tenían 14 de 60 curules

La segunda vuelta se realizó un 10 de junio. El resultado fue avasallador en favor de Fujimori; 57%. En esos comicios, Vargas Llosa solo logró 33.5%. Muchos analistas señalaban que el 'Tsunami Fujimori' arrasó con los partidos tradicionales. El sistema político, cambió.

Pasos del pasado

Una vez elector, el flamante presidente Alberto Fujimori, junto a su hermana Rosa, visitó el pueblo de sus padres conocido como Kawachi en Japón. Hubo una gran expectativa por ser el primer hijo de emigrantes japoneses que asumía el poder político de un país y el recibimiento fue acogedor de la pequeña población residente del lugar y la reciprocidad del gobernante fue inmediata.

De acuerdo a información publicada en el diario internacional El País, Alberto Fujimori en su discurso dijo: "Soy cien por cien peruano, pero me siento orgulloso de tener lazos de sangre con Kawachi y de poder decir que el hijo de un emigrante japonés es el nuevo presidente de Perú".

Debate con Vargas Llosa

Pese a expresarse a medias con el castellano, Alberto Fujimori pasó a ser el favorito de los votantes peruanos dejando de lado al representante de FREDEMO, Mario Vargas Llosa.

A dos días de la votación, Vargas Llosa cayó -para muchos-, en una estrategia desesperada e invocó a su opositor en una conferencia de prensa a un “diálogo abierto y sin condiciones para encontrar una fórmula rápida que le ahorre a Perú los inconvenientes de una segunda vuelta electoral".

Grande fue su sorpresa que antes de finalizar su exposición, el candidato de Cambio 90 hizo su aparición respondiendo con la seriedad que le caracterizaba y poco confrontacional.

"Para esta segunda vuelta que se viene hay muchísimo que hacer, hay muchas ideas que confrontar, y, por supuesto, en bien del país, en bien de la nación, estamos dispuestos, y particularmente quien habla, para hacer toda esta confrontación, esta comparación de los planteamientos", dijo. Luego, en pleno debate sacó a relucir un diario local que daba a su rival como ganador. Esa estrategia le valió para ganar el debate.

Ya los medios de comunicación avizoraban al futuro presidente del Perú.