09/05/2019 / Exitosa Noticias / Política / Actualizado al 09/01/2023
Por: Blanca Temoche
Al conmemorarse el aniversario del natalicio del emperador japonés Akihito, el embajador del país del Sol Naciente en el Perú, Morihisa Aoki, organizó una recepción en su residencia ubicada en la recordada intersección que forman las calles Tomás Alva Edison y Barcelona, en San Isidro. Esto fue el miércoles 17 de diciembre de 1996, una reunión a la cual acudieron aproximadamente seiscientas personas.
Esos días el Perú vivía todavía los estragos de la violencia terrorista y se respiraba mucha inseguridad en las calles. Pero todos esperaban con ansias la Navidad, considerada una fiesta de paz y hermandad.
A la recepción asistieron magistrados de la Corte Suprema, congresistas, ministros de Estado, altos mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, diplomáticos y políticos, entre otras personalidades.
Fue minutos antes de las 20:00 hs. que un contingente de catorce integrantes del MRTA liderado por el terrorista Néstor Cerpa Cartolini descendieron de una ambulancia llevando consigo fusiles, ametralladoras, lanzacohetes, pistolas, granadas, explosivos y máscaras antigás. El grupo ingresó por un inmueble contiguo donde funcionaba la ONG de Cooperación Técnica Alemana.
El comando cuyos integrantes vestían uniformes militares y se tapaban el rostro con sendos pañuelos rojiblancos, abrieron un boquete haciendo detonar una poderosa carga de explosivos. Por allí ingresaron al local de la recepción reduciendo primero al personal de seguridad, y luego a todos los invitados especiales.
Mediante un altavoz, Cerpa Cartolini separó a los hombres de las mujeres y luego los obligó a tenderse en el piso. La confusión fue total: los terroristas mandaban con el poder de las armas.
A partir de ese momento, aproximadamente a las 20:23 de la noche, el país prácticamente estuvo a merced de los terroristas. Fue un golpe duro y humillante, cuya resonancia se sintió en todo el mundo. El terrorismo -aparentemente- había sacado toda su fiereza y avasallaba a todos los peruanos.
El siguiente paso de los emerretistas fue dar a conocer sus demandas utilizando a uno de los rehenes liberados. Exigían la liberación de sus compañeros presos del MRTA.
Diálogo y negociaciones
Alberto Fujimori designó como representante del gobierno para las negociaciones al ministro de Educación, Domingo Palermo. Y se contó con el apoyo de la Cruz Roja.
El 25 de diciembre, el monseñor Juan Luis Cipriani ingresó por primera vez a la residencia
y logró la liberación del primer secretario de embajador de Japón, Kenji Hirata y al día siguiente se liberó el embajador de Guatemala, en reconocimiento al Acuerdo de Paz que firmarían la guerrilla y el gobierno guatemalteco.
Desde ese momento, la figura de Cipriani, alta, enfundada en su sotana negra y llevando siempre un maletín, con su breviario adentro, se hizo familiar en el Perú y muchos países donde seguían día a día la mayor toma de rehenes a escala mundial, perpetrada por una pandilla terrorista, y la negativa del gobierno a negociar o dar concesiones al grupo castrista y militarista.
El 21 de marzo, los emerretistas anunciaron la suspensión de las conversaciones con el gobierno al descubrir que las fuerzas del orden habían cavado un túnel para ingresar violentamente a la residencia. Dicen que esta estrategia del grupo de élite de las Fuerzas Armadas llegó a oídos de los subversivos por una infidencia. La historia sobre este aspecto está aún por escribirse.
Histórico rescate
Alberto Fujimori ordenó al general del Ejército, Nicolás Hermoza Ríos, al asesor de Inteligencia, Vladimiro Montesinos Torres y altos mandos militares elaborar un plan de contingencia para rescatar a los rehenes en el caso de que fracasaran las negociaciones.
El coronel José Zapata diseñó el Plan de Operaciones 'Nipón 96' y tuvo bajo su mando la Patrulla 'Tenaz', integrada por más de 100 comandos, quienes entrenaban en la réplica de la residencia de la embajada fabricada en el Cuartel del Ejército en Las Palmas (Chorrillos).
Pasadas las 3 p.m. del miércoles 22 de abril de 1997 se dio inicio al operativo de rescate 'Chavín de Huántar'. Procedieron a detonar las cargas explosivas colocadas debajo de la sala-comedor principal de la residencia y fue la señal para que ingresaran a la residencia.
Después de cuatro meses y cuatro días se logró el rescate de 71 rehenes con algunas bajas; los que sí perecieron en su totalidad fueron los miembros del MRTA.
En el 95 le ganó a Pérez de Cuéllar
En sus primeros dos años de gobierno, la aprobación del mandatario Alberto Fujimori fluctuaba entre el 60 y 70%, cifras envidiables para sus opositores políticos. Pero, en 1994 tras avances importantes en materia económica llegó hasta el 80% la aceptación a su gestión, lo cual le resultaba muy favorable para sus intereses electorales.
Pese haber transmitido que no tentaría la reelección, el Presidente acudió el 10 de octubre de 1994 al Jurado Nacional de Elecciones -JNE- a inscribir su candidatura por Nueva Mayoría y Cambio 90 con miras a los comicios de abril de 1995.
Fue así que inició una campaña populista e incansable viajando e inaugurando obras en todo el país, sobre todo, en aquellas zonas donde su aprobación era baja.
Competiría por el sillón presidencial con los candidatos de las agrupaciones políticas Unión por el Perú - UPP representado Javier Pérez De Cuellar; APRA con la educadora Mercedes Cabanillas, la Alianza CODE - País Posible tendría al economista Alejandro Toledo; el Movimiento Obras era representado por Ricardo Belmont, y Acción Popular tendría como candidato a Raúl Diez Canseco, entre otros.
Un mes anterior a las elecciones presidenciales, la aprobación del “chinito del tractor” llegaba al 66% en Lima. Esta cifra constituía una sólida aprobación ciudadana para encarar cualquier contienda electoral de manera exitosa, como efectivamente lo fue.
Fue así que el domingo 9 de abril se celebró las elecciones para presidentes y vicepresidentes de la República que dio como resultado en primera vuelta la reelección de Alberto Fujimori de Nueva Mayoría y Cambio 90 con un 64.3%.
En la segunda posición quedó el diplomático Javier Pérez de Cuéllar (UPP) con un 21.5%, la educadora Mercedes Cabanillas (APRA) llegó a un 4.1% y el economista Alejandro Toledo representando (CODE PP) obtuvo un 3.3%.