30/03/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 30/03/2023
Elba Jusayú, quien fue exiliada durante un año, regresó al desierto de sus ancestros y encontró decenas de cráteres listos para instalar molinos de viento. Las compañías de energía EDPR y ENEL pidieron autorización a su familia para construir parques eólicos y vías de acceso a otros, pero la negativa desencadenó hostigamiento, muertes, heridos y desplazamientos. Actualmente, la familia duerme a la intemperie en el patio de un edificio público del municipio Uribia mientras las compañías construyen sus proyectos en suelo indígena. La construcción de otros 55 parques avanza en la empobrecida península de La Guajira a orillas del Caribe, donde la electricidad y el agua potable son escasas. El gobierno del izquierdista Gustavo Petro proyecta la región como una "capital mundial de las energías verdes", pero el centro de estudios Indepaz denuncia que el pueblo Wayúu cede su territorio en medio de "engaños" y acuerdos "irregulares". En un país que se abastece con hidroeléctricas, la energía eólica se exporta, pero "La Guajira no va a ver un solo kilovatio de la energía que produce", anota Joanna Barney, investigadora de Indepaz.
La construcción de parques eólicos en la región ha causado una disminución del 50% en la población de chivos en la zona durante los primeros cinco meses de operación, y el proyecto podría "acabar con una comunidad que vive de su hato ganadero", advierte Indepaz. Además, el impacto en la fauna es preocupante, ya que los animales no pueden pastorear en las tierras donde se encuentran los aerogeneradores. Aunque las compañías afirman haber hecho una "consulta previa" con los indígenas antes de levantar los molinos y acordar financiar "proyectos productivos" a cambio de usar el territorio durante unos 30 años, las denuncias de los indígenas sugieren que los acuerdos no fueron justos ni respetaron los derechos de las comunidades.
La energía eólica en Colombia se exporta, y los proyectos en La Guajira no beneficiarán a las comunidades locales. El gobierno ha proyectado la región como una "capital mundial de las energías verdes", pero esto se hace a expensas de las comunidades indígenas que ceden su territorio para la construcción de parques eólicos. El hostigamiento, la violencia y el desplazamiento de estas comunidades son preocupantes, y se necesita una mayor transparencia y respeto por los derechos de las comunidades indígenas.