Un primer convoy de ayuda llega a zonas rebeldes de Siria tras devastador sismo
Más de una semana después del sismo de magnitud 7,8, las esperanzas de encontrar personas con vida bajo los escombros se desvanecen, por lo que la atención se centra ahora en proporcionar alimentos y refugio a los damnificados. Pero activistas y equipos de emergencia en el noroeste de Siria han criticado la lenta respuesta de la ONU en las áreas controladas por los rebeldes, en contraste con los aviones cargados de ayuda humanitaria que han llegado a los aeropuertos controlados por el gobierno.
En Siria, por primera vez desde 2020, un convoy de ayuda entró el martes en las zonas rebeldes del norte a través del paso fronterizo de Bab al Salama con Turquía, indicó un periodista de AFP.
El convoy está compuesto por 11 camiones de ayuda humanitaria de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dijo un portavoz de esta organización de las Naciones Unidas en Ginebra. La preocupación crece en ambos lados de la frontera por los damnificados, sobre todo por los niños, entre los cuales más de siete millones habrían sido afectados, según Unicef, que expresó su temor de que hayan muerto "muchos miles" más.
"Está claro que los números seguirán creciendo", dijo en Ginebra James Elder, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El balance más reciente es de 35.331 muertos, 31.643 en Turquía y 3.688 en Siria.
Riesgos sanitarios
El "peor desastre natural" en 100 años en la región europea, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), también ha tenido consecuencias psicológicas entre la población.
Serkan Tatoglu logró salvar a sus cuatro hijos del violento sismo que destruyó su casa en el sureste de Turquía. La familia está ahora segura, pero su hija de seis años no para de preguntarle: "Papá, ¿vamos a morir?", contó el hombre de 41 años. Al sufrimiento mental se suma la dura realidad de sobrevivir en ciudades convertidas en ruinas en plena helada invernal.
En Kahramanmaras (sur de Turquía), enormes multitudes dependían de un único retrete aún en funcionamiento en una mezquita.
"Camino cinco kilómetros todos los días para venir aquí", señaló Erdal Lale, de 44 años.
Una psicóloga voluntaria que trabaja en un centro de ayuda en la provincia de Hatay (sur) dijo que numerosos padres buscaban desesperadamente a sus hijos desaparecidos.
"Recibimos un aluvión de llamadas sobre niños desaparecidos", dijo Hatice Goz. "Pero si el niño no habla aún, la familia no puede hallarlo".
"Millones" necesitan alimentos
En la devastada ciudad turca de Antakya (sur), los equipos de limpieza siguen retirando los escombros e instlanado aseos básicos. La red telefónica empezaba a volver a funcionar en algunas partes de la ciudad, según un reportero de AFP.
Policías y soldados patrullaban la ciudad para evitar saqueos tras varios incidentes ocurridos el fin de semana.
"Envíen todo lo que puedan porque aquí hay millones de personas y todas necesitan alimentarse", suplicó el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, el domingo. En Antakya y Kahramanmaras estaban llegando alimentos y otros suministros.
El coste económico de la catástrofe podría ascender a más de 84.000 millones de dólares, de los que más de 70.000 millones corresponderían a la vivienda, estimó la federación de empresas Turkonfed. La situación es también grave en la vecina Siria, ya asolada por más de una década de guerra civil.
El presidente sirio, Bashar al Asad, aislado y sujeto a sanciones, pidió ayuda internacional para reconstruir las infraestructuras del país, donde la ONU estima que más de cinco millones de personas se quedaron sin hogar.
Antes del terremoto, casi toda la ayuda humanitaria crucial para los más de cuatro millones de personas que viven en las zonas del noroeste de Siria controladas por los rebeldes procedía de un solo paso fronterizo.
Ayuda para Siria
Más de una semana después del terremoto y contra todo pronóstico siguen surgiendo historias de personas encontradas vivas entre los escombros. El lunes en Turquía los hermanos Harun, de ocho años, y Eyuphan, de 15, fueron rescatados tras pasar 181 horas sepultados, informó la agencia de noticias Anadolu.
El lunes, camiones con kits de ayuda cruzaron desde Turquía al noroeste de Siria. Sin embargo, funcionarios de la ONU afirmaron que se necesita más ayuda para los millones de personas cuyos hogares quedaron destruidos.
Según el ministerio de Transporte sirio, hasta ahora han aterrizado en Siria 62 aviones con ayuda y se esperan más en los próximos días, sobre todo de Arabia Saudita.
Este martes un avión de Arabia Saudí con ayuda para las víctimas del terremoto aterrizó en Alepo, norte de Siria.