Ucrania
07/06/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 07/06/2023
En la ciudad de Jersón, ubicada en el sur de Ucrania, la situación es desesperada. Las inundaciones causadas por el colapso de la represa de Kajovka en el río Dniéper han dejado a los habitantes sin hogar y sin posesiones. Los rescatistas están trabajando incansablemente para evacuar a las personas en pequeñas embarcaciones, ya que el agua lodosa ha alcanzado los tejados de las viviendas.
Dmitri Melnikov, de 46 años, relata cómo el agua ha tragado por completo su casa, y ya ni siquiera puede ver el techo. Él y sus cinco hijos fueron evacuados, pero muchos otros se encuentran en la misma situación devastadora. Toda la zona, tanto en el territorio controlado por las autoridades ucranianas como en el controlado por Moscú, está bajo el agua.
Las autoridades ucranianas informan que el nivel del río Dniéper ha subido cinco metros y continúa creciendo, lo que agrava la crisis. Policías, socorristas y militares están rescatando a las personas, incluidos muchos ancianos y sus mascotas. Algunos tuvieron que evacuar nadando o en colchones inflables para salvar sus vidas.
Natalia Korj, de 68 años, llega a tierra firme con los pies descalzos y la ropa empapada. Mientras lleva consigo algunas bolsas con pertenencias personales, cuenta que todas las habitaciones de su casa están inundadas. Nadó para escapar y sufrió rasguños en las piernas y temblores por el frío. Su principal preocupación son sus dos perros y su gato, a los que no pudo rescatar.
El rescate de las personas atrapadas es una tarea difícil. Los habitantes envían su ubicación y los rescatistas acuden en su ayuda. Svetlana Abramovitch, de 56 años, está organizando el rescate de 22 personas atrapadas en un edificio de cinco pisos. El agua ha invadido el edificio y el patio, y ha ingresado a los apartamentos de la planta baja.
A pesar de estar a salvo, los evacuados muestran diferentes emociones. Algunos sonríen mientras llegan, aliviados de estar en un lugar seguro, mientras que otros lloran y tiemblan. La sirena antiaérea suena en ocasiones, recordándoles que Jersón es blanco frecuente de los bombardeos rusos.
Dmitri ha tomado la decisión de abandonar la ciudad, ya que se ha quedado sin hogar y sin trabajo. Aunque no quieren irse, las circunstancias los obligan a buscar un nuevo comienzo. Los voluntarios los llevan a la estación de autobuses, donde algunos abordan autobuses gratuitos hacia la cercana ciudad de Mikolaiv. También hay un tren disponible para la evacuación.
Sin embargo, muchos prefieren quedarse en Jersón o en las ciudades vecinas, esperando que el agua retroceda. Serguiï Trofimov, de 34 años, miembro de la organización humanitaria Proliska, está presente en la estación de autobuses para brindar ayuda. Explica que la gente desea regresar a sus hogares lo antes posible y prefiere esperar a que el nivel del agua disminuya en lugar de alejarse demasiado.
La situación en Jersón es desgarradora, con miles de personas desplazadas y propiedades destruidas. La solidaridad y el esfuerzo conjunto de rescatistas y voluntarios son fundamentales para brindar ayuda a quienes se enfrentan a esta tragedia y para reconstruir sus vidas una vez que las aguas se retiren.
