Trump impone sanciones contra líder de Irán en medio de tensión
La estrategia de presión con castigos económicos al régimen iraní parece ser el plan impuesto por el presidente norteamericano Donald Trump. Ayer impuso sanciones al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, y ocho mandos militares, en un paso más por endurecer el cerco económico sobre el régimen y forzar una negociación.
El sábado el presidente de EE.UU. advirtió que prefería intensificar la presión de las penalizaciones frente a una intervención militar, después de anunciar a bombo y platillo que había estado a punto de lanzar un ataque el pasado jueves que hubiese costado la vida a 150 personas.
Las sanciones cortan el acceso de Jamenei a recursos financieros y suponen la primera represalia de Washington después del derribo de un dron estadounidense por parte de Irán la semana pasada. "El líder supremo es el responsable último por la actitud hostil del régimen", dijo al firmar la orden ejecutiva de las penalizaciones.
Estas establecen no solo que cualquier activo bajo jurisdicción estadounidense queda bloqueado, sino que las instituciones financieras de otros países que faciliten alguna operación significativa a los individuos incluidos pueden ser expulsadas del sistema estadounidense, básico para cualquier entidad.
Las sanciones contra la Casa del Líder tienen un carácter simbólico y constituyen una afrenta para el régimen iraní. Es improbable que Jamenei, a quien Pompeo atribuyó el año pasado una fortuna de 83,400 millones de euros, tenga bienes o fondos en EE.UU. o en instituciones que puedan estar al alcance de sus sanciones. Jamenei no ha viajado fuera de la República Islámica desde que fue designado líder supremo en 1989.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, advirtió, en cambio, de que la medida va mucho más allá de lo simbólico y supone el bloqueo de decenas de miles de millones de dólares. Además, otros altos cargos del régimen pueden recibir sanciones esta misma semana. "Seguiremos incrementando la presión sobre Teherán hasta que el régimen abandone sus aspiraciones y actividades peligrosas, incluida la búsqueda de armas nucleares, el enriquecimiento de uranio, el desarrollo de misiles balísticos, el apoyo al terrorismo", dijo, por su parte, el presidente de EE.UU.
Trump persigue que Irán se siente a la mesa a negociar un nuevo pacto nuclear, una vez que el republicano decidió romper el firmado en 2015, durante la Administración de Barack Obama, por considerar que simplemente daba oxígeno económico al régimen, por la paralización de las sanciones, sin hacerle renunciar de veras a su programa nuclear. La salida de EE.UU. tuvo lugar hace algo más de un año, pero las otras potencias firmantes (Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China) permanecieron en el acuerdo.
“TIENEN SED DE GUERRA”
La respuesta de Irán no se hizo esperar. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, estimó que el ejército de Estados Unidos no tiene "nada que hacer en el Golfo", luego de que Washington anunciase nuevas sanciones contra la república islámica. "Ahora está claro que el #B_Team (equipo B) no está preocupado de los intereses de Estados Unidos -desprecian la diplomacia y tiene sed de guerra", añadió el ministro de Exteriores.
Zarif ha dicho en el pasado que el llamado "equipo B" que incluye al asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, y el conservador primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, podrían incitar al mandatario republicano a un conflicto con Teherán.