Tras la menopausia, las orcas protegen a sus hijos de las peleas
El lazo más estrecho de amistad en la vida de una orca macho se establece con su madre, especialmente después de que esta ha superado la etapa reproductiva. Este fenómeno poco común en el mundo natural, la menopausia, ha sido objeto de estudio en una nueva investigación publicada en la revista científica Current Biology. Los resultados sugieren que las orcas hembra que han alcanzado la menopausia brindan una protección adicional a sus hijos machos durante peleas, pero no a sus hijas.
El interés de la investigadora principal, Charli Grimes, radica en entender por qué y cómo surge la menopausia, ya que es una rareza en la naturaleza. Entre los animales con ovarios, la mayoría puede reproducirse hasta su muerte, siendo los humanos y solo cinco tipos de ballenas las excepciones conocidas.
La investigación se enfocó en una población de orcas, una especie amenazada, que reside en el océano Pacífico, a lo largo de las costas de Norteamérica. Estas majestuosas criaturas viven en grupos familiares liderados por una hembra, generalmente una abuela junto con sus descendientes machos y hembras, y las crías de sus hijas. Los machos se aparean con hembras de otros grupos, pero luego regresan a su propia unidad familiar, permaneciendo cerca de su madre durante toda su vida. La longevidad de las orcas les permite vivir hasta los 90 años, con 20 años posteriores a la menopausia.
El estudio se basó en analizar las marcas de mordeduras presentes en los animales, que se producen durante peleas o juegos bruscos entre orcas. Estas marcas, identificadas gracias a fotografías tomadas desde 1976 por el Centro para la Investigación de Ballenas en Washington, permiten cuantificar las interacciones sociales.
Los investigadores encontraron que los machos que vivían con una madre posmenopáusica presentaban un 35% menos de marcas de dientes que aquellos con madres en edad reproductiva y un 45% menos que aquellos que no tenían a su madre en su grupo familiar. Se cree que esta protección adicional por parte de las madres se debe a que al no poder reproducirse, disponen de más tiempo y energía para cuidar a sus hijos. Aunque no se ha determinado cómo exactamente las madres brindan esta protección, se plantea la posibilidad de que utilicen su conocimiento para mantener alejados a los individuos problemáticos o intervengan mediante vocalizaciones para calmar posibles peleas.
Sorprendentemente, las hijas no parecen beneficiarse de esta protección adicional por parte de sus madres. Se sugiere que esto se debe a que las hembras están menos involucradas en peleas y también porque la madre podría estar más enfocada en proteger a sus hijos machos, que tienen mayor probabilidad de transmitir sus genes.
El estudio destaca la similitud entre el comportamiento de las orcas y la ayuda que brindan las madres en la etapa posreproductiva en otras especies, incluyendo a los humanos. Además, se destaca la importancia de las orcas ancianas en el grupo familiar, ya que comparten su conocimiento y aumentan la supervivencia de sus nietos.
Los próximos pasos de la investigación incluyen el uso de drones para observar más detalladamente el comportamiento de las orcas y entender mejor cómo las madres proporcionan protección y cuidado a sus hijos en la etapa posreproductiva.