Tras cinco años, Lava Jato sigue destapando corrupción en Brasil
Los actos de corrupción con los que empresarios, políticos y directivos de Petrobras desfalcaron las arcas de Brasil durante casi una década parecen multiplicarse en una pandemia de nunca acabar, una trama desmedida que comenzó a revelarse con la Lava Jato, y que, tras cinco años y 60 etapas después, está lejos de concluir.
Desde que estalló la trama, en 2014, se han cumplido 1.196 mandatos de búsqueda y aprehensión, 227 de conducción cohercitiva y 310 de prisión (entre temporales y preventivas) expedidos por la Justicia Federal contra 267 pessoas, algunas de las cuales siguen prófugas, según datos del Ministerio Público.
La Justicia ya ha dictado sentencia en 50 procesos e impartido 242 condenas contra 155 personas. La suma de las penas totaliza 2.242 años y 5 días.
Además, como parte del operativo también se llevaron a cabo 10 acciones de improbidad administrativa contra 63 personas físicas, 18 empresas y tres partidos políticos (PP, MDB e PSB), requiriendo el pago 18.300 millones de reales (cerca de 4.800 millnes de dólares) a la Justicia.
Asimismo, la Justicia busca recuperar por medio de distintos acuerdos legales unos 13.000 millones de dólares (alrededor de 3.400 millones de dólares), de acuerdo con el Ministerio Público.
Una centena de políticos ha sido salpicada con estas corruptelas, descubiertas por la mayor operación contra la corrupción en la historia de Brasil, una trama que llega a su quinto año este domingo. Entre ellos, dos expresidentes: Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), preso por corrupción y lavado de dinero desde abril de 2018, y Fernando Collor (1990-1992), enjuiciado tras haber sido acusado de recibir sobornos para facilitar contratos en una subsidiaria de Petrobras.
Ha sido tal el impacto que ha causado la Lava Jato, que cambió radicalmente el accionar en las instituciones y la forma de pensar de la sociedad brasileña.
EFE