16/06/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 16/06/2023
El incremento de secuestros y extorsiones en Ecuador está transformando el país en un escenario similar a sus vecinos afectados por la violencia del narcotráfico. Durante décadas, Ecuador fue considerado una zona de paz entre Colombia y Perú, principales productores de cocaína a nivel mundial. Sin embargo, en la actualidad, se ha convertido en un objetivo para diversas mafias que operan en el territorio.
Los casos de secuestros y extorsiones han aumentado de manera alarmante. Por ejemplo, la esposa de un comerciante en Guayaquil recibió imágenes de cómo mutilaban dos dedos de la mano izquierda de su esposo, amenazando con hacer lo mismo con los demás si no pagaba una alta suma de dinero. La policía difundió la fotografía de un miembro de la Marina de Chile al que también le habían cortado dos dedos durante un secuestro en Ecuador. Además, se ha reportado un aumento en las denuncias de secuestros, triplicándose entre enero y mayo en comparación con el mismo período del año anterior.
Aunque los expertos coinciden en que estos actos no son perpetrados por grandes carteles ni dirigidos a personas multimillonarias, ya que generalmente buscan un rescate rápido a partir de los 5.000 dólares. La violencia se ha expandido rápidamente en el país, generando temor entre la población y exacerbando la crisis de inseguridad que el gobierno ha tenido dificultades para enfrentar.
Guayaquil, con casi 3 millones de habitantes, se ha convertido en un bastión de esta violencia, caracterizada por coches bomba, masacres en las cárceles, cadáveres desmembrados y colgados de puentes, y ahora también secuestros. Aunque la situación en Ecuador todavía no alcanza los niveles de violencia del narcotráfico en Colombia o México, se está avanzando por un camino similar.
La violencia no se limita exclusivamente al narcotráfico, sino que también involucra a la delincuencia común, pandillas, asaltantes de autobuses y ladrones de baja categoría. La mayoría de los secuestros y extorsiones son cometidos por estas organizaciones delictivas más pequeñas, en lugar de grandes bandas narcotraficantes vinculadas a carteles mexicanos.
El gobierno ha declarado el terrorismo como una amenaza contra el Estado y ha militarizado las calles para combatir el crimen organizado. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de las autoridades, la inseguridad persiste y los ciudadanos continúan enfrentándose a la realidad de los secuestros y las extorsiones.
Aunque muchos secuestrados sobreviven a pesar de ser torturados, aquellos que son asesinados generalmente son víctimas de ajustes de cuentas entre bandas criminales. Los secuestrados suelen permanecer encerrados en baños o casas durante días, atados y aterrorizados, hasta que sus familiares pagan un rescate o son liberados por la fuerza pública.
La situación también ha afectado a los empresarios y propietarios de negocios, quienes enfrentan un aumento en las extorsiones. La clase media y alta son los más afectados por los secuestros y extorsiones, y se espera que voten por medidas más duras contra el crimen organizado en las próximas elecciones generales.
El clima de inseguridad ha contribuido a la impopularidad del gobierno actual y a su decisión de disolver el Congreso para adelantar las elecciones. En resumen, Ecuador enfrenta una creciente ola de secuestros y extorsiones que está transformando el país y generando preocupación en la sociedad.