Primer ministro británico busca en Irlanda del Norte la aceptación de un posible acuerdo
A las afueras de Belfast, el conservador Rishi Sunak mantuvo reuniones individuales con los dirigentes de los cinco principales partidos norirlandeses.
Buscaba su respaldo a los cambios negociados con la Unión Europea en el denominado Protocolo de Irlanda del Norte, que impuso un régimen aduanero especial a esta región tras el Brexit.
Lo más difícil es convencer al Partido Unionista Democrático (DUP), que desde hace un año rechaza participar en las instituciones regionales, impidiendo el funcionamiento del parlamento autónomo y la formación de un gobierno norirlandés, para exigir que se suprima o modifique profundamente el protocolo.
Según medios británicos, Sunak podría anunciar el martes en el Parlamento de Londres que ha llegado a un acuerdo con la UE sobre esta compleja cuestión que envenena las relaciones con Bruselas desde la salida británica del bloque en 2020.
"Claramente este es un gran momento", afirmó Jeffrey Donaldson, líder del DUP, al término del encuentro. "Se ha avanzado en una serie de cuestiones y lo celebramos, pero creo que todavía hay algunas áreas en las que el acuerdo final con la UE sigue pendiente", agregó. Los otros responsables norirlandeses también se mostraron cautelosamente optimistas. Para Mary Lou McDonald, presidenta del partido republicano Sinn Féin, "está claro que se han hecho progresos significativos y eso es muy alentador".
"Ahora queremos ver una rápida conclusión de la cuestión y, por encima de todo, queremos ver restauradas las instituciones", agregó.
"Las cosas se están moviendo gradualmente en la dirección de un posible acuerdo, pero todavía no hemos llegado a la meta", declaró a los periodistas Naomi Long, líder del partido independiente Alianza.
Conversaciones con la UE
Negociado y firmado al mismo tiempo que el acuerdo del Brexit, el Protocolo de Irlanda del Norte mantiene a esa región dentro del mercado único europeo y su unión aduanera.
Su objetivo es evitar la reinstauración de una frontera física con la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE, que podría amenazar la frágil paz lograda en 1998 al ser inaceptable para los republicanos norirlandeses, que defienden la reunificación de la isla.
Pero a cambio, impone controles aduaneros a las mercancías que llegan a esta región desde el resto del Reino Unido, lo que los unionistas norirlandeses, muy apegados a su pertenencia a la corona británica, denuncian como una amenaza a su lugar en el país. Debido a estas tensiones, Londres y Bruselas emprendieron una compleja renegociación en 2022.
En paralelo a las discusiones con la UE, estas conversaciones en Belfast pretenden "garantizar que cualquier solución resuelva los problemas prácticos sobre el terreno, cumpla nuestros objetivos y preserve el lugar de Irlanda del Norte en el mercado interior del Reino Unido", dijo una portavoz de Downing Street.
Indicio de que los contactos se aceleran, el ministro británico de Relaciones Exteriores, James Cleverly, afirmó haber mantenido el viernes en Bruselas una "encuentro constructivo" con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic. Y Sunak prevé reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una conferencia celebrada el fin de semana en Alemania, "aumentando las esperanzas de un acuerdo inminente", según el diario The Guardian.
Londres pide a las autoridades europeas que suavicen los controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. Los británicos también quieren que se suprima o reduzca el papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que supervisa la aplicación del protocolo. El acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998 puso fin a tres décadas de un sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, que dejó unos 3.500 muertos.