Presidente serbio promete nunca reconocer a Kosovo
Los dirigentes serbios y kosovares se reunieron el lunes en Bruselas tras una intensa presión de la UE para acordar un plan que establezca el marco para un posible "reconocimiento de facto" y la normalización de las relaciones entre ambas partes.
A pesar de las seguridades dadas por los funcionarios europeos sobre la luz verde dada por los dos rivales a un acuerdo de principio, las conversaciones fracasaron, ya que Pristina y Belgrado se culparon mutuamente del estancamiento y declararon que quedaban muchos puntos por resolver.
El jefe de Estado serbio se dirigió el martes por la noche a su opinión pública declarando que nunca reconocería a Kosovo y que no tenía ninguna intención de ayudar a este territorio a entrar en las Naciones Unidas.
"Mientras yo sea presidente, no firmaré ni aceptaré un reconocimiento oficial u oficioso de Kosovo o que Kosovo se una a la ONU", declaró en la televisión serbia.
Serbia se niega a reconocer la independencia proclamada en 2008 por su antigua provincia, cuya población es mayoritariamente albanesa.
Desde la guerra sangrienta entre los rebeldes independentistas albaneses y las fuerzas serbias, que terminó con los bombardeos de la OTAN a finales de los años 1990, las relaciones entre Pristina y Belgrado son tensas.
Sin embargo, Vucic declaró que estaba dispuesto a debatir otros temas, pero sólo si Kosovo aceptaba la creación de una asociación de municipios de mayoría serbia, que daría a los serbios de Kosovo cierta autonomía.
"Estoy abierto a todo lo demás, no sólo porque nos ayudará a avanzar por el camino europeo, sino también porque es bueno para las relaciones entre serbios y albaneses", afirmó.