31/01/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 31/01/2023
Las dos medidas que cristalizan el descontento son el retraso progresivo hasta 2030 de la edad de jubilación de 62 a 64 años y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años --y no 42 como ahora-- para cobrar una pensión completa.
"No quiero trabajar más tiempo, tengo un trabajo duro y ya estaré destrozada a los 62 años. No es viable ni física ni moralmente", dijo a AFP Sylvie Dieppois, una ayudante de cocina que manifestó en Ruán (noroeste).
La incógnita en esta nueva jornada de protestas era si los sindicatos lograrán movilizar más gente que el 19 de enero, cuando 1,12 millones de personas manifestaron, según las autoridades y el doble para los sindicatos. Hay "más gente" en la calle, dijo Laurent Berger, líder del principal sindicato, CFDT, al inicio de la marcha en París. La central CGT anunció medio millón de manifestantes en la capital. Doce días atrás, cifró 400.000 (80.000, según el gobierno).
La policia proyecta 1,2 millones de manifestantes como maximo en Francia. A la espera de los datos de París, las primeras cifras oficiales apuntan a una participación ligeramente al alza: 40.000 en Marsella, 28.000 en Nantes, 23.000 en Rennes, etc.
En cambio, los trabajadores públicos en huelga fueron menos en la educación --uno de cada cuatro docentes, según el gobierno; el doble para los sindicatos--, así como en la empresa de ferrocarriles SNCF (36,5%), según una fuente sindical. La punta de lanza vino en esta ocasión del sector energético. Las centrales nucleares registraron una caída de producción de unos 3.000 MWh, según la empresa EDF. Y entre un 75% y un 100% del personal de las refinerías y de los depósitos de TotalEnergies se unieron al paro, según la CGT.
"Moción de censura popular"
La marcha en París disparó algunos choques con las fuerzas de seguridad, que se saldaron con 18 detenidos, según la prefectura de policía. Las autoridades desplegaron 11.000 agentes en el país, de los cuales 4.000 en la capital.
Los manifestantes piden que el gobierno dé marcha atrás a soportar las condiciones para acceder a una pensión completa, pero la primera ministra Élisabeth Borne ya advirtió que el retraso a 64 años "ya no era negociable". La oposición de izquierda pidió así una "moción de censura popular" en las calles. "Estamos viviendo un día histórico. El señor Macron está seguro de perder", dijo su líder Jean-Luc Mélenchon, que reclamó un "referéndum" sobre el proyecto.
Con el rechazo ya anunciado del frente de izquierdas Nupes y de la extrema derecha, el gobierno espera lograr el apoyo clave en el Parlamento del partido de derecha Los Republicanos (LR), favorable a una reforma pero dividida sobre si mantiene la actual. El rechazo popular, actualmente alrededor del 70% según los sondeos, aumenta la presión. Además, según una encuesta de Odoxa, dos de cada tres franceses valoran negativamente al presidente ya su primera ministra.
Desde su al poder en 2017, Macron defendió su voluntad de "sacudir" el sistema con sus reformas de corte liberal, que en ocasiones le valieron una imagen de "presidente de los ricos", como durante la protesta social de los chalecos amarillos. La reforma de las pensiones es clave para él. La edad de jubilación en Francia es una de las más bajas de Europa y acercarla a la de sus vecinos busca garantizar el equilibrio futuro en la caja de las pensiones, según este exbanquero de negocios.
Después de que la pandemia le obligara a retirar un primer intento, el gobierno escogió un polémico procedimiento parlamentario que le permite aplicar el actual plan si las dos cámaras del Parlamento no se pronuncian para finales de marzo. Los plazos se anuncian ajustados. La Asamblea Nacional (cámara baja) comenzó esta semana a examinar en comisión las 7.000 enmiendas presentadas al texto, antes de que pase al pleno el lunes y, a continuación, al Senado (cámara alta).