07/08/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 07/08/2023
Nueva York está en proceso de implementar la que sería la primera tarifa por congestión vehicular en Estados Unidos, pero esta medida se encuentra enfrentando una resistencia significativa, incluso por parte de los icónicos conductores de los taxis amarillos de la ciudad.
El concepto de este plan, similar a las tarifas que ya existen en ciudades como Londres y Singapur, tiene como objetivo principal mejorar la calidad del aire en la metrópoli, despejando las congestionadas calles de Manhattan. Además, se busca obtener ingresos esenciales para revitalizar el sistema de metro, el cual es utilizado por alrededor de cuatro millones de neoyorquinos diariamente.
A pesar de que esta medida está programada para entrar en vigencia el próximo año, ya ha sido objeto de desafíos legales, lo que resalta la dificultad que implica imponer tasas a los conductores en un país donde el automóvil tiene un papel preponderante en el transporte.
Los funcionarios gubernamentales argumentan que la imposición de esta tarifa beneficiará al medio ambiente al reducir la contaminación y optimizar la circulación en una ciudad tan agitada, lo que resultaría en trayectos más eficientes.
John McCarthy, portavoz de la Autoridad de Transporte Metropolitano de Nueva York (MTA), expresó: "Las tarifas por congestión representan una oportunidad única en una generación".
La propuesta planea cobrar a los conductores que circulen por debajo de la calle 60 en la isla de Manhattan, abarcando así las áreas comerciales de Midtown y Wall Street. Aunque aún no se han establecido tarifas específicas, se está considerando cobrar alrededor de 23 dólares durante las horas pico y 17 dólares en horarios de menor congestión.
Sin embargo, esta propuesta ha generado descontento en diversos sectores. Wein Chin, un taxista, está preocupado de que esta tarifa, que probablemente trasladarían a los clientes, resulte en menos viajes. Él ya está lidiando con dificultades financieras para pagar un préstamo de 170.000 dólares por su licencia de taxista, ganando entre 300 y 400 dólares por semana.
La Alianza de Trabajadores del Taxi de Nueva York, un sindicato que representa a 21.000 taxistas, calcula que esta tarifa podría ocasionar pérdidas de ingresos de hasta 8.000 dólares al año para los conductores. En respuesta, sus miembros han protestado para solicitar exenciones de esta tarifa.
El sindicato advierte que, para muchos conductores ya afectados por la llegada de Uber y la pandemia de COVID-19, esta tarifa podría ser el golpe final. Bhairavi Desai, presidente del sindicato, afirmó: "No quedan muchas cenizas de las que el ave fénix pueda resurgir".
Las autoridades han contemplado descuentos para personas con bajos ingresos. Actualmente, unos 700.000 vehículos entran diariamente en la zona propuesta para la tarifa, donde el tráfico se mueve a una velocidad promedio de 11 kilómetros por hora debido a la congestión.
El objetivo de la MTA es reducir el tráfico diario en un 10%, lo que a su vez reduciría las emisiones de dióxido de carbono. Según estudios citados por las autoridades, en el centro de Londres, las emisiones de CO2 disminuyeron un 20% después de la implementación de una tarifa similar en 2003.
Tim Donaghy, de la organización ambientalista Greenpeace, señaló que las emisiones de vehículos son una causa importante de la crisis climática y que cambiar del automóvil al transporte público es un paso en la dirección correcta para crear ciudades más saludables y centradas en las personas.
Este proyecto lleva años en desarrollo en Nueva York. En 2007, el magnate Michael Bloomberg propuso un peaje cuando era alcalde, pero no fue hasta 2019 que los legisladores locales finalmente llegaron a un acuerdo. Aunque el gobierno federal aprobó la propuesta en junio de este año, el estado vecino de Nueva Jersey presentó una demanda alegando que sería una carga financiera injusta para aquellos que deben conducir a Manhattan para trabajar.
A pesar de esto, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, afirmó que la demanda no detendrá la implementación de la tarifa. En palabras de Danny Pearlstein, portavoz del grupo defensor del transporte público Riders Alliance: "Es una victoria completa para el transporte público, el tráfico y el medio ambiente".