16/02/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 16/02/2023
En entrevista con AFP, Matviichuk subrayó que "debemos romper el círculo de la impunidad", e instó a las Naciones Unidas y la Unión Europea (UE) a respaldar el pedido ucraniano de un tribunal especial capaz de juzgar a altos funcionarios rusos hasta el presidente Vladimir Putin.
Aunque reconoció que lograr que una mayoría de países respalden ese objetivo sera una "tarea difícil", Matviichuk dijo que era un paso indispensable para cualquier paz de posguerra.
"No habrá paz sostenible sin justicia", enfatizó.
La ONG ucraniana que dirige Matviichuk, el Centro para las Libertades Civiles, compartió el año pasado el Premio Nobel de la Paz con la organización rusa de derechos humanos Memorial y un activista prodemocracia bielorruso encarcelado, Ales Bialiatski.
El Centro para las Libertades Civiles de Matviichuk, fundado en 2007, ha hecho campaña por el estado de derecho y la democracia en Ucrania.
Esa acción se tornó más difícil con la ofensiva militar de Rusia, pero no cayó en el olvido, aseguró la activista.
"Tenemos dos tareas principales: sobrevivir y resistir, y continuar nuestro camino democrático", dijo Matviichuk.
"Todavía somos una nación en tránsito, y no podemos concentrar energía solo en este camino de reforma; tenemos en paralelo la guerra con Rusia", agregó.
Matviichuk añadió que desde el ofensiva rusa iniciada el año pasado "no podemos darnos el lujo de concentrarnos en un único objetivo; tenemos que luchar por nuestra supervivencia. Y tenemos que avanzar para unirnos a la Unión Europea".
La ambición de Ucrania de convertirse en un miembro pleno de la UE podría llevar muchos años, coinciden funcionarios de la UE.
Convertirse en parte de la Unión Europea significa convertirse en parte del "espacio de la civilización europea", dijo Matviichuk.
"Unirnos a la UE significaría que "tendremos la oportunidad de construir nuestro país donde los derechos de todos estén protegidos", expresó.
Matviichuk se encontraba el jueves en Universidad de Lovaina, en Bélgica, para recibir un doctorado honoris causa junto al cineasta palestino-israelí Elia Suleiman y Adelle Blackett, profesora de derecho en la Universidad McGill, de Canadá.
El trío debía recibir un reconocimiento por su lucha en favor de los derechos civiles y una sociedad más justa.