02/03/2019 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 09/01/2023
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, autorizado por primera vez a abandonar la celda en la que está preso desde abril de 2018, participó por poco menos de dos horas en el sepelio de su nieto de 7 años, que murió el viernes por una meningitis, antes de iniciar el viaje de regreso a la prisión.
El exmandatario, que purga en la ciudad de Curitiba dos condenas por corrupción y lavado de dinero, llegó al cementerio en que se realizó la ceremonia fúnebre y se despidió de sus familiares, antes de abordar el coche policial en que inició el viaje de regreso.
El exjefe de Estado, que recibió el apoyo de decenas de seguidores que lo esperaban en la puerta del cementerio, participó en el velorio, en donde conversó con familiares y aliados políticos, y después acompañó a algunos parientes a una ceremonia más íntima en la sala de cremación.
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Tanto al llegar al cementerio como al abandonarlo, el exlíder sindical saludó desde lejos con sus brazos a los cerca de 300 simpatizantes que lo acompañaron y que, además de mensajes de apoyo, gritaron consignas como "Lula libre", que se ha hecho famosa desde que el presidente más carismático en la historia de Brasil fue encarcelado, o "Lula, guerrero del pueblo brasileño".
Sin poder acercarse al histórico líder izquierdista y evitando protagonizar un acto político más explícito por recomendación del Partido de los Trabajadores (PT), los manifestantes aplaudieron, gritaron consignas políticas y pronunciaron una oración de forma simultánea con las personas que estaban dentro del cementerio.
El exgobernante abandonó el cementerio Jardín de la Colina, en Sao Bernardo do Campo, uno de los municipios de la región metropolitana de Sao Paulo, escoltado por agentes de la Policía Federal y en medio de un intenso dispositivo de seguridad.