Liverpool pide a la UEFA que actúe tras incidentes en la final de la Champions
El Liverpool pidió el martes a la UEFA que tome medidas concretas para evitar nuevos fallos de seguridad en las inmediaciones de los estadios, un día después de la publicación de un informe que señala al órgano europeo y a las autoridades francesas por la gestión de la última final de la Champions League en París.
"Pedimos a la UEFA y a los que están en lo alto de la pirámide de la regulación del fútbol que se reúnan y actúen positivamente y de manera transparente para evitar nuevos 'casi accidentes'", indicó en un comunicado el club de Premier League, que cayó derrotado el 28 de mayo ante el Real Madrid (1-0).
"Como club con una gran historia en Europa, pedimos a la UEFA que haga lo correcto e implemente las 21 recomendaciones (del informe, ndlr) para asegurar la seguridad de todos los aficionados que asistan en el futuro a los partidos organizados por la UEFA", añadieron los Reds, cuyos seguidores fueron víctima de las tragedias de Heysel en 1985 y de Hillsborough en 1989.
"Unas narrativas sorprendentemente falsas fueron difundidas inmediatamente después de esa noche en París, relatos que han sido desde entonces desmentidos", añade Liverpool, aludiendo a las declaraciones del ministro francés de Interior Gérald Darmanin. Este último culpó de los incidentes a supuestas hordas de 'hooligans' y a otros aficionados acusados de haber presentado billetes falsos.
"Lo que pasó en París reavivó el sufrimiento de las familias, amigos y supervivientes de Hillsbourough", concluyó el comunicado.
El fiasco de seguridad del partido Real Madrid-Liverpool llevó a la publicación de un informe mordaz el lunes, tras una investigación independiente que señala la "responsabilidad primera" de la UEFA y de la Federación francesa de fútbol (FFF), así como las "ideas falsas" de la policía francesa.
El dispositivo de seguridad de la final de la Champions dejó escenas de puro caos en Saint-Denis al norte de París, con esperas interminables, aficionados y familias rociados con gas lacrimógeno y robos, lo que suscitó una gran polémica en Francia y en Inglaterra.