04/09/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 05/09/2023
Un atraco imperfecto. Un hombre en Rusia fue protagonista de un robo a una tienda; sin embargo, el ladrón falleció desangrado al tratar de fugar de la escena del robo. Nadie pudo salvarlo, ni siquiera un transeúnte que se encontraba a las afueras, viéndolo en sus últimos momentos.
En redes sociales se ha viralizado el inusual final de un hombre que había entrado a delinquir a una farmacia. El lugar se encontraba vacío, por lo que aparentemente, el horario del acto delictivo pudo ser antes que se empezara con la jornada de labores.
Como primer objetivo, el hombre que vestía de polo negro se dispuso a revolotear, una y otra vez, la caja registradora tratando de hallar el dinero de las ventas del día anterior. Ante el sonido de la sirena, el ladrón entró en desesperación e intentó salir forcejeando la puerta principal.
Al verse impedido de hacerlo, optó por seguir rebuscando la caja registradora y se dirigió hacia un ángulo de la escena del crimen intentado subir hacia los estantes. Aparentemente, en ese lugar se encontraría una ventana, por donde quiso escapar, ya que utilizó el material de la caja para ayudarse a alcanzar lo que podría ser el pestillo de su nuevo lugar de escape. Sin embargo, su intento fue fallido, ya que tras abalanzarse quedó suspendido por un breve tiempo.
Luego de ese desafortunado evento, el hombre cae al suelo y se dirige nuevamente hacia la puerta principal con el brazo emanando chorros de sangre. Pese a ello, se dispone a intentar abrir la puerta sin conseguirlo.
El piso se empieza a llenar de mucha más sangre y el hombre entra en shock. Empieza a vociferar en su idioma de procedencia de manera descontrolada, quizá previendo lo peor.
Es en ese instante, que un joven parece percatarse de lo sucedido y repara por las lunas de la puerta sin ejercer ningún tipo de acción ante lo que acababa de presenciar.
El delincuente hace sus últimos esfuerzos, se para y patea la puerta sin mucha fuerza, intenta jalonearla sin efecto alguno. Producto del impacto que se dio, cayó al piso y sin más fuerzas, dio su último aliento.
De esta manera, un robo en una farmacia no salió como lo esperaba un ladrón, ya que falleció desangrado, luego de intentar fugar del lugar de los hechos. Nadie pudo auxiliarlo, ni siquiera el hombre que minutos antes había reparado por la puerta principal.