¿Hemos sido engañados? Estudio revela que los perros no disfrutan de los abrazos de sus dueños
Toda persona que tiene a un perro como mascota en su hogar suele demostrar numerosas muestras de afecto hacia su fiel amigo, incluido unos cariñosos abrazos. Sin embargo, contrario a la creencia popular, un estudio reciente ha revelado que nuestras mascotas en realidad no disfrutan del contacto físico de los humanos, sin importar que sea su dueño.
Esa muestra de incomodidad, que suele evidenciarse mediante signos de estrés como apartar la cabeza, cerrar los ojos, bajar las orejas o incluso lamerse los labios, ya había sido identificada anteriormente; sin embargo, esta nueva investigación brinda nuevas pruebas que respaldan dicha observación en los animales.
¿Cómo se hizo el estudio?
El estudio, publicado en la revista Ciencia Aplicada del Comportamiento Animal, se llevó a cabo tras un análisis de aproximadamente 80 videos populares difundidos en plataformas donde se mostraban personas abrazando a sus perros.
Los resultados mostraron que el 68,5% de los perros evitaban el contacto visual y apartaban la cabeza, el 43,75% se lamían los labios o la nariz, el 81,25% parpadeaba con frecuencia, el 60% bajaba las orejas y el 42,5% jadeaba.
La observación más importante fue que en 67,5% de los registros audiovisuales, los perros exhibían comportamientos de mordida o mordisqueo dirigidos al humano que los abrazaba. La explicación de esta apática respuesta es sencilla: nuestros amigos de cuatro patas no demuestro su afecto de la misma manera que los humanos.
Expresan su cariño de forma distinta
Según la investigación, los humanos no comprendemos el lenguaje corporal ni los sonidos emitidos por los perros y tendemos a tratarlos con las mismas muestras de cariño como si se tratase de un miembro de nuestra especie.
"Los perros suelen considerarse parte de la familia. Sin embargo, no son humanos y, por tanto, pueden reaccionar de forma diferente a ciertas interacciones, como los abrazos", declaró Caroline Kisko, veterinario del Kennel Club, en un comunicado de prensa.
Caso contrario, los perros suelen interpretar los abrazos como una privación de su libertad, lo que causa que aumenten sus niveles de estrés y tengan respuestas agresivas como mordidas.
"(El abrazo) es un comportamiento esencialmente primate. Por ejemplo, vemos abrazos similares en los simios no humanos, pero es algo que los perros no hacen entre sí de forma natural. Hay muchas formas de tener un contacto corporal estrecho con los perros que no requieren rodearlos con los brazos de forma confinada", explica Evan MacLean, experta en comportamiento canino.
En conclusión, un estudio científico reveló que la mayoría de perros no disfrutan de los abrazos de las personas, entre ellas sus dueños, porque les produce estrés.