19/04/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 19/04/2023
El miércoles pasado, un tercio de los funcionarios públicos canadienses iniciaron una huelga para exigir aumentos salariales y más oportunidades de teletrabajo, en lo que se considera uno de los movimientos sociales más significativos en décadas. La Alianza de la Función Pública de Canadá (AFPC) anunció que, tras meses de negociaciones con el gobierno liderado por el primer ministro Justin Trudeau, no lograron llegar a un acuerdo y procedieron a la huelga con 150 puntos de concentración de trabajadores en todo el país.
La AFPC exige un aumento salarial del 13,5% en tres años para compensar la inflación, que alcanzó el 8,1% el año pasado en Canadá. Sin embargo, el gobierno solo ofrece un aumento del 9%, lo que ha generado descontento entre los trabajadores. Además, los empleados también reclaman una mayor flexibilidad en el teletrabajo. La mayoría de ellos ha estado trabajando desde casa a tiempo completo desde el inicio de la pandemia, y no quieren que se les imponga trabajar dos o tres días de la semana en la oficina.
La huelga afecta principalmente a los servicios de entrega de pasaportes, inmigración e impuestos, así como a una parte de los inspectores de cereales en los puertos. El presidente de la AFPC, Chris Aylward, argumenta que han agotado todos los mecanismos para lograr un contrato equitativo, y que seguirán en huelga hasta que el gobierno aborde sus principales problemas en la mesa de negociaciones. Este es el movimiento de huelga más importante en Canadá desde 1991.
El primer ministro Trudeau respalda el derecho a la huelga, pero también ha expresado su preocupación por el tiempo que puede tomar el proceso de negociación. En este sentido, ha instado a los sindicatos a volver a la mesa de negociaciones y ha señalado que los canadienses pueden perder la paciencia si el proceso se prolonga demasiado.
La AFPC considera que su lucha es la de todos los trabajadores de Canadá, ya que el gobierno federal es el mayor empleador del país. Los trabajadores insisten en que la vida es cada vez más cara y que la función pública es parte de la riqueza colectiva, por lo que no se debe permitir que se degrade. Además, afirman que han adaptado su vida al teletrabajo y no quieren perder dos horas diarias en el transporte.
En conclusión, los funcionarios públicos canadienses han iniciado una huelga en demanda de aumentos salariales y más teletrabajo. La huelga afecta principalmente a los servicios de entrega de pasaportes, inmigración e impuestos, y es considerada una de las movilizaciones sociales más importantes en décadas en el país. El gobierno y los sindicatos continúan en negociaciones mientras los trabajadores mantienen su protesta.