El Ramadán en los jugadores musulmanes de la Champions: ¿Cómo se planifican para un buen rendimiento?
El Ramadán, el mes sagrado del Islam, es un periodo de reflexión y ayuno desde el amanecer hasta la puesta del sol. Para los jugadores musulmanes de la Champions League, este período plantea un desafío considerable.
Aunque diversas investigaciones han señalado que el rendimiento en términos de velocidad, agilidad y resistencia puede verse afectado por el ayuno, los deportistas pueden contrarrestar este efecto con una adecuada preparación.
Un estudio realizado por la Universidad de Alicante concluyó que los futbolistas que siguieron una dieta nutricional planificada, junto con la suplementación adecuada, mostraron mejoras en su composición corporal y en su rendimiento físico.
El jugador analizado en este estudio experimentó una disminución en su porcentaje de grasa corporal y un aumento en su masa muscular durante el Ramadán. Además, su rendimiento en pruebas de fuerza, como el salto vertical, también mejoró.
¿Qué estrategias nutricionales ayudan a los futbolistas?
Para minimizar los efectos del ayuno, los futbolistas deben adaptarse a un plan nutricional especializado. Este incluye una dieta isocalórica que garantice una ingesta calórica adecuada para no perder ni ganar peso.
Asimismo, la suplementación con glicerol, que favorece la hidratación, se ha mostrado efectiva para contrarrestar los efectos negativos del ayuno sobre la resistencia y la potencia.
En este contexto, la organización de las comidas es fundamental. El Suhur, la última comida antes del amanecer, debe ser rica en carbohidratos complejos para asegurar energía sostenida durante el día.
El Iftar, la comida que rompe el ayuno al atardecer, debe incluir líquidos y alimentos ricos en nutrientes para recuperar la hidratación y restablecer los niveles de glucosa. Estas pautas pueden ayudar a los jugadores a mantener un nivel de energía óptimo durante los partidos y entrenamientos.
Ajustes en el entrenamiento y el descanso
El entrenamiento durante el Ramadán también debe ser ajustado. La mejor opción es realizar sesiones de ejercicio al final del día, cuando el cuerpo ha podido rehidratarse y el nivel de energía es más alto.
Además, es fundamental evitar entrenamientos intensos durante las horas del ayuno, ya que la falta de agua y alimento puede aumentar el riesgo de lesiones y fatiga.
El descanso también juega un papel crucial. Durante el Ramadán, la alteración de los patrones de sueño debido a la comida y los rezos nocturnos puede afectar negativamente el rendimiento. Asegurarse de dormir lo suficiente es esencial para la recuperación y para mantener un buen estado físico.
La coincidencia del Ramadán con la Champions League presenta un reto para los jugadores musulmanes, pero con la estrategia adecuada, este desafío puede superarse.