05/07/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 05/07/2023
El miércoles, Rafael Grossi, jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se reunió con los habitantes de la región de Fukushima en Japón para tranquilizarlos sobre la decisión del gobierno de verter agua de la central nuclear accidentada al mar. El OIEA aprobó el plan japonés de desechar 1,33 millones de toneladas de agua contaminada, una vez tratada adecuadamente, que se ha estado almacenando en la central desde el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011.
La agencia nuclear de la ONU declaró que el proyecto cumple con las normas internacionales y tendrá un "impacto insignificante" en la población y el medio ambiente. Sin embargo, Grossi reconoció que la realidad y las percepciones de la gente, la economía y el estado de ánimo social podrían ser diferentes a pesar de las complejas estadísticas y gráficos.
El tratamiento del agua eliminará la mayoría de los radioisótopos, excepto el tritio. Los responsables del proyecto aseguran que el líquido a verter en el mar no difiere del agua desechada en una central nuclear convencional. Sin embargo, países vecinos como China, así como activistas ecologistas y algunos residentes locales, incluyendo pescadores, se oponen a este plan.
Grossi defendió que el papel del OIEA no era encubrir algo "malo", sino que el vertido de agua al mar después de un tratamiento adecuado es una práctica aceptada en muchos lugares del mundo. Durante su visita, Grossi también se dirigirá a Corea del Sur, donde hubo protestas contra el plan japonés y donde el 80% de la población se muestra preocupada por el proyecto.
El gobierno de Corea del Sur, aunque respeta la postura del OIEA, no emitirá una opinión definitiva hasta que se complete el análisis independiente del proyecto que han encargado. Por otro lado, China criticó el informe del OIEA y acusó a Japón de minimizar sus propios costos y riesgos al verter agua nuclear usada en el océano, dejando que el resto del mundo asuma el riesgo de contaminación nuclear.
Grossi también visitó la central de Fukushima y declaró estar satisfecho con lo que vio. Tomó en serio las preocupaciones de China y mencionó que están en contacto estrecho, ya que China es un miembro importante del OIEA. El operador de la central, TEPCO, trata y almacena en el lugar una mezcla de agua subterránea, de lluvia y de refrigeración. El plan consiste en verter el líquido tratado, diluido con agua de mar, al océano a través de una tubería de un kilómetro.
Expertos en el campo de la radiación, como Tony Hooker de la Universidad de Adelaida y Jim Smith de la Universidad de Portsmouth, consideran que el plan es sólido y que las afirmaciones sobre el riesgo de la evacuación no están respaldadas por evidencia científica. Sin embargo, Greenpeace ha sido una de las voces más críticas contra el plan, acusando al gobierno de Japón de subestimar el riesgo de radiación.