20/07/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 20/07/2023
Vitali Bylenko observa con amargura su granero repleto, enfrentando una difícil situación tras la salida de Rusia del acuerdo que permitía a Ucrania exportar granos por el mar Negro. Esta decisión, clave para la alimentación mundial y cerrada en julio de 2022, ha complicado enormemente la venta de su cosecha.
El acuerdo, negociado por la ONU y Turquía, prácticamente dejó de funcionar hace meses, según Bylenko, quien lo describe como un mero papel mojado desde el invierno pasado. Esta situación afecta gravemente a Ucrania, uno de los principales productores de granos en el mundo, cuyas exportaciones contribuyen a alimentar a diversos países africanos que ahora temen enfrentar escasez.
Dado el bloqueo de los puertos ucranianos debido a la guerra, Bylenko ha buscado rutas alternativas para exportar sus cereales, recurriendo a pequeños puertos fluviales en Rumania. Sin embargo, esta opción resulta más costosa y compleja que la ruta del mar Negro, ya que los puertos fluviales están a 200 km más lejos de su granja que el puerto de Odesa. Como resultado, los beneficios del agricultor se han reducido significativamente.
Los precios del trigo que Bylenko cultiva han caído drásticamente, pasando de alrededor de 270 dólares por tonelada antes de la guerra a solo 120 dólares ofrecidos por los compradores en la actualidad. A pesar de la difícil situación, Ucrania ha propuesto patrullas conjuntas con otros países del mar Negro para mantener sus exportaciones de granos, pero tanto Moscú como Kiev han amenazado con atacar los navíos que se acerquen a sus puertos.
Aunque la situación actual es menos urgente que el verano pasado, cuando los agricultores no sabían si podrían vender su producción, Bylenko subraya el significado simbólico de los cereales en Ucrania, un país con una rica tradición agrícola y que sufrió la devastadora Gran Hambruna impuesta por Stalin en 1932-1933.
Liudmyla Martyniuk, directora de la empresa de alimentos Kivсhovata Agro, también se preocupa por el fin del acuerdo cerealero, ya que esto podría llevar a los productores ucranianos a vender a pérdida. Además, teme las consecuencias para los países africanos que dependen de los cereales ucranianos. Con más de 30 millones de hectáreas de tierra cultivable en Ucrania, el acceso a los mercados de Europa, Asia y África es crucial para su empresa.
Sin alternativas viables al cierre del puerto de Odesa, la compañía de Martyniuk se ve obligada a depender de los puertos fluviales para poder exportar su cosecha, aunque esto implica precios más bajos que los del mercado interno. La incertidumbre en torno a la crisis alimentaria preocupa a muchos, ya que Ucrania desempeña un papel importante en el suministro de granos a nivel mundial.