Díaz-Canel, a las puertas de un segundo mandato presidencial en Cuba
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel se prepara para ser reelegido sin sorpresas para un segundo y último mandato, en una sesión parlamentaria que se inició el 19 de abril. La sesión se realiza en medio de la mayor crisis económica en Cuba en tres décadas, con escasez de alimentos, medicinas y combustible, debido al endurecimiento del embargo estadounidense, vigente desde 1962, y los efectos de la pandemia. Díaz-Canel, un ingeniero electrónico de 62 años, gobierna Cuba desde 2018 y fue el primer civil en tomar el cargo después de los mandatos de los hermanos Fidel y Raúl Castro, que mantuvieron el poder desde el triunfo de la revolución en 1959. En la sesión parlamentaria, se votará por los candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la República, pero habrá un solo candidato para cada cargo en un país donde la oposición es ilegal. La ley establece que el presidente, que tiene un mandato de cinco años, puede ser reelegido solo una vez.
El presidente Díaz-Canel ha impulsado leyes que dan respaldo constitucional al modelo económico diseñado desde 2011, pero según el analista político Arturo López-Levy, el gobierno no ha realizado una transición completa y abarcadora a una economía de corte mixto. La reforma monetaria provocó una espiral inflacionaria y una fuerte devaluación que han irritado a la población. La moneda cubana se disparó en dos años de 24 a 120 pesos por dólar en la tasa oficial, mientras que en el mercado negro se cotiza a 185 pesos por divisa.
Aunque Díaz-Canel ha dado luz verde a las pymes y ha impulsado el trabajo independiente, estas medidas resultaron insuficientes para mejorar la economía. El presidente ha dicho que se siente insatisfecho por no haber podido "promover un grupo de acciones que sean más eficientes, más eficaces, en la solución de esos problemas".
Para el opositor Manuel Cuesta, su "reelección" está "cantada" y se produce "en medio de una doble crisis a nivel económico: del modelo y de las competencias políticas del Estado para encaminar soluciones apropiadas". Uno de los "pocos logros" atribuibles a Díaz-Canel ha sido conducir "la transición a un régimen encabezado por una nueva generación nacida después de 1959 que no lleva el apellido Castro", considera Jorge Duany, académico de la Universidad Internacional de Florida. Sin embargo, destaca que su "mayor fracaso fue el pobre manejo de las protestas" de julio de 2021, las más grandes en la isla desde 1959, que dejaron un muerto, decenas de heridos y más de 1.300 encarcelados, según la organización de derechos humanos Cubalex, con sede en Miami. Tras las protestas hubo un éxodo migratorio sin precedentes: más de 300.000 cubanos abandonaron la isla solo en 2022.