07/06/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 07/06/2023
En la desembocadura de la playa de Paparo, en el estado Miranda de Venezuela, se puede presenciar una escena desoladora. Una montaña de basura, que incluye jeringas, agujas, catéteres y tubos contaminados con restos de sangre, se extiende hasta el mar. Esta basura proviene de los desechos hospitalarios y viaja a través del río altamente contaminado que atraviesa Caracas.
La playa está cubierta de plásticos y otros desechos, entre los cuales se encuentran restos de árboles de mangle luchando por sobrevivir. Algunos de ellos han sucumbido a la gruesa capa de plástico que sofoca la arena. Una vieja valla metálica intenta transmitir el mensaje de mantener limpia la playa, pero parece en vano.
La contaminación proviene del río Tuy, que recibe las corrientes contaminadas del río Guaire, el cual atraviesa la capital venezolana. Los desechos hospitalarios, que deberían ser manipulados siguiendo estrictos protocolos y clasificados en recipientes según su nivel de riesgo, no son una novedad en esta playa. Agujas sobresalen de la arena, representando un peligro potencial para las personas que la visitan.
Los desechos hospitalarios llegan al mar dentro de garrafas de agua mineral repletas de suministros médicos desechados. Según Héctor Manuel Blanco, un hombre que recolecta trozos de bambú para vender, estas garrafas contienen mangueras, agujas y jeringas. Además, los niños a menudo rompen las garrafas para jugar y sacar las agujas, sin ser conscientes del peligro que representan.
Las agujas son consideradas los desechos más peligrosos en el ámbito de la atención médica debido al riesgo de lesiones y la alta posibilidad de infecciones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El sistema de salud pública en Venezuela lleva décadas colapsado, con muchos incineradores que no funcionan correctamente. La falta de políticas adecuadas para la clasificación y manejo de desechos agrava aún más la situación.
Aunque hay pocos voluntarios que han recolectado algunos materiales hospitalarios en las costas, la situación sigue siendo alarmante. La ONG Fudena ha estado recolectando y clasificando desechos en playas durante más de 30 años, pero todavía hay mucho por hacer.
En un intento por abordar esta problemática, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha implementado un programa para la gestión de desechos hospitalarios. En un hospital en Puerto Ayacucho, han instalado un incinerador de alta potencia para apoyar el manejo de estos desechos.
La situación en el río Guaire también es preocupante. A pesar de las promesas del fallecido expresidente Hugo Chávez de limpiar el río en 2005, la contaminación continúa empeorando. La basura se acumula en la playa de Paparo, especialmente durante la temporada de lluvias.
Los pescadores locales se ven obligados a trabajar cerca de estos desechos, mientras las aves marinas buscan comida entre el caos. El contraste con el pasado es desgarrador para algunos, como Luis Hernández, un pescador de 53 años que recuerda cuando la playa solía ser hermosa y llena de cocoteros.
La situación en la playa de Paparo es un recordatorio impactante de la grave crisis de gestión de desechos en Venezuela. Se necesitan medidas urgentes para abordar esta problemática y proteger el medio ambiente y la salud de las comunidades costeras.