Cientos de miles ucranianos huyen a pie a Hungría y Polonia por la guerra
La marea humana de civiles huyendo de Ucrania ante el avance militar de tropas rusas que ocupan las ciudades, ya cruza por cientos de miles a países vecinos como Polonia y Hungría que decidió abrir sus fronteras ante la guerra.
Los nuevos refugiados son mujeres con sus hijos pequeños que ante la destrucción que provocan las tropas rusas, decidieron huir con las pocas cosas que tenían. Sus esposos no los acompañan porque han sido llamados por el gobierno para defender la patria.
Caminando desde sus ciudades ante el caos y falta de gasolina para transportarse en vehículos los obligó a emprender tremenda travesía en medio del frío invernal. Muchas mujeres con sus pequeños se les ve arrastrando maletas y empujando carritos infantiles tras cruzar un paso fronterizo de Beregsurány para ponerse a buen recaudo en Hungría.
Quizás te interese leer: Jefe de la ONU pide que los soldados rusos “regresen a los cuarteles”
“Nadie puede creer que Ucrania es una amenaza para Rusia. Yo no soy una amenaza para mis tíos rusos”, explica con tristeza Klimentin, un ucraniano discapacitado de 25 años.
Lo peor es que las autoridades fronterizas ucranianas tratan de impedir el paso de menores que no tienen sus papeles en regla. “Al otro lado de la frontera hay muchos niños esperando poder cruzar a Hungría”, explicó Szilvia Gál, notaria de la localidad de Beregsurány.
La situación es similar en Polonia donde desde el viernes unos 115 mil ucranianos cruzaron la frontera. El viceministro polaco del Interior, Pawel Szefernaker indicó que un 90% de los migrantes tiene un lugar donde dormir, ya sea en casas de amigos o familiares y que el resto serán recibidos en centros de acogida que serán desplegados cerca de la frontera
ALERTA DE CRUZ ROJA
El Comité Internacional de la Cruz Roja expresó el temor a que el conflicto en Ucrania se extienda a zonas con alta densidad de población, , incluida la capital, Kiev, y otras ciudades importantes, lo que podría tener consecuencias “devastadoras” para los civiles, “incluidos niños, enfermos y ancianos”.