Honduras
21/06/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 21/06/2023
Al menos 46 personas han perdido la vida como resultado de choques entre pandillas y un incendio en una prisión de Honduras. Este trágico suceso ocurrió en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas) de Támara, ubicado a 25 km al norte de la capital, Tegucigalpa. Honduras se encuentra entre los países con los mayores índices de violencia penitenciaria, con más de 1.000 muertes registradas en las últimas dos décadas.
Según el portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, se han ingresado un total de 46 cuerpos a la Medicina Forense como consecuencia del enfrentamiento entre las pandillas rivales. Inicialmente, se había informado de 41 fallecidos. Las autoridades informaron que las pandilleras de la Barrio 18 ingresaron al edificio donde se encontraban sus rivales de la Mara Salvatrucha (MS-13) y abrieron fuego con armas de grueso calibre antes de provocar el incendio.
Hasta el momento, se han identificado y entregado a sus familiares 23 cuerpos, según la portavoz de la Dirección de Medicina Forense, Issa Alvarado. Mientras tanto, cientos de familiares esperan angustiados afuera de la morgue, donde los médicos forenses continúan con el proceso de identificación.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, expresó su conmoción por el "monstruoso asesinato de mujeres" y anunció medidas drásticas. Entre ellas, destituyó al ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, y lo reemplazó por el director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez. Desde abril, Castro había designado a la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, como interventora de las cárceles después de una serie de enfrentamientos violentos en varias prisiones.
La violencia en las cárceles hondureñas ha llevado a las autoridades a implementar medidas para controlar la situación, como registros manuales y electrónicos permanentes, así como el bloqueo de la señal telefónica para evitar la delincuencia desde el interior de las cárceles. Sin embargo, los expertos señalan que el crimen organizado, el narcotráfico y las pandillas han generado un problema complejo que se ha vuelto difícil de combatir.
Honduras, junto con El Salvador y Guatemala, conforma el denominado "triángulo de la muerte", una región afectada por la presencia de pandillas y el tráfico de drogas. Los centros penitenciarios se han convertido en focos de violencia y delincuencia, donde se planifican masacres y otros delitos, muchas veces con la complicidad de las autoridades encargadas de su seguridad.
Las organizaciones de derechos humanos han instado al Estado de Honduras a investigar los hechos, prevenir su repetición y proteger la vida de las personas privadas de libertad. Desde 2003, se estima que al menos 1.050 personas han perdido la vida violentamente en las prisiones hondureñas. La peor tragedia ocurrió en 2012 en la prisión de Comayagua, donde fallecieron calcinados 362 reclusos.
