Chile investiga falsa alarma de tsunami que causó temor en su población
Indagación. El gobierno de Chile investiga las causas de una falsa alarma de tsunami enviada a todo el país que causó evacuaciones. Esto luego de un sismo de magnitud 7,1 en la Antártida y de 5,8 en el centro del país el sábado.
Después del sismo que sacudió la Antártica, la Oficina Nacional de Emergencia de Chile (Onemi) emitió una alerta de tsunami que envió mensajes de texto a nivel nacional. A fin de evacuar las playas de las costas chilenas.
Sin embargo, la confusión aumentó en la ciudadanía. Debido a que tras recibir el mensaje, se registró un sismo en Farellones, cerca de la capital. Minutos después, las autoridades chilenas aclararon que se trató de un error ya que la evacuación era solo para las costas de la Antártida.
Pero la alerta se envió a gran parte de los 18 millones de habitantes. Esta advertencia motivó evacuaciones en las costas del país. Personas que salieron despavoridas a pie y en vehículos temerosas por la llegada del tsunami.
"Lamentamos que la gente haya tenido que evacuar de manera intempestiva", dijo este domingo el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, en conferencia de prensa.
Delgado descartó que se haya tratado de una falla humana. Apuntó a que se produjo un error técnico de la empresa encargada de enviar la información para que las compañías telefónicas chilenas emitan la alarma. "Vamos a hacer responsables a quiénes tengan que responder por esta falla", afirmó.
Episodio Similar
La falla hizo recordar otro episodio similar. El 27 de febrero de 2010 no se alertó sobre un tsunami que arrasó las costas del sur de Chile. Tras un potente terremoto de 8,8. Este dejó más de 500 muertos. Además, de unas 220.000 viviendas destruidas.
El sismo de la Antártida afectó a 160 personas que fueron evacuadas de nueve bases chilenas y de otras nacionalidades. Afortunadamente, no sufrieron daños. En tanto, el temblor en el centro del país se sintió en Santiago y otras cuatro regiones donde tampoco se registraron perjuicios. La Onemi aclaró que no hubo vínculo alguno entre ambos movimientos telúricos.