20/11/2019 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 09/01/2023
El gobierno de Chile expulsó a 50 extranjeros, entre ellos 30 cubanos y nueve venezolanos, por estar de forma irregular en el país o haber cometido delitos en las recientes protestas contra el presidente Sebastián Piñera.
“La violencia sin lugar a dudas ha sido la peor cara de las manifestaciones registradas recientemente en Chile. Una realidad de la cual la región de O´Higgins no ha estado ajena, pese al llamado de distintos sectores, incluyendo la propia ciudadanía, de deponer este actuar e impulsar una agenda social que atienda las legítimas demandas que gatillaron la crisis que atraviesa el país”, explicó el gobierno de O´Higgins en un comunicado.
Y agregó: “Es en este contexto, que del total de 50 ciudadanos extranjeros cinco fueron detenidos y puestos a disposición de la justicia, por una parte, por protagonizar saqueos, y por otra, por estar involucrados en desórdenes, atentar contra la autoridad y levantar barricadas”.
Las autoridades detallaron que 30 son de nacionalidad cubana, nueve venezolanos, siete dominicanos, tres haitianos, uno es colombiano y otro boliviano. Además, remarcaron que se trata de personas que ingresaron al país de manera clandestina y no regularizaron su situación, como también aquellos que lo hicieron como turistas, han permanecido más allá de lo establecido y además algunos han cometido delitos.
Procesados
El intendente Juan Manuel Masferrer, quien ya firmó la expulsión, argumentó que estos infractores en su momento fueron puestos a disposición de distintos juzgados de garantía de la región de O´Higgins, pasados a control de detención, formalizados por los delitos imputados y quedaron con medidas cautelares, lo que faculta este proceder conforme al Reglamento de Extranjería del Ministerio del Interior y Seguridad Pública.
Miles de personas volvieron a salir este lunes a las calles para celebrar el primer mes del estallido social más grave de la democracia chilena y mostrar su desconfianza tanto con la agenda social anunciada por el Gobierno como con el acuerdo parlamentario sobre una nueva Constitución.
La Plaza Italia, la zona cero de las revueltas y renombrada por los manifestantes como 'Plaza Dignidad', volvió a ser epicentro de una gran concentración que transcurrió en general de manera pacífica, aunque se dieron algunos incidentes aislados entre jóvenes y fuerzas de seguridad.